jueves, 20 de octubre de 2016

QUATRETONDETA, POR FIN BUEN CINE.

No recuerdo cual fue la última película que me gustó tanto como para hacer un punto y seguido, tanto como para disfrutar a cada minuto sin saber que pasaría y menos aún, como terminaria, a todo esto, enganchado al televisor sin ocuparme en otra cosa.
Pues por fin ha llegado una obra de arte digna de premios, de reconocimientos y de buenas críticas y desgraciadamente la he tenido que encontrar en mi pase continuo de películas españolas, americanas, japonesas, irlandesas y de otras tantas nacionalidades.
Un actor principal llamado José Sacristán al que conozco desde mis primeros recuerdos de la infancia haciendo películas de humor. Llegados los ochenta y de la mano de Garci y otros directores, al igual que Alfredo Landa, supieron aprovechar su oportunidad y demostrarnos que eran actores, capaces de hacernos reir, llorar y tantas otras cosas como su papel fuese. Pues si bajo mi punto de vista, en Luces de Domingo, Alfredo Landa estaría sublime, así ahora ocurre con José Sacristán, sin olvidar aquel papel en Viaje a ninguna parte. Dos señores que han asomado a lo largo de mi vida a través de las películas y me han enseñado lo que es actuar y hacer cine.
Eso si, la película está dirigida por un tal Pol Rodríguez que en mi caso desconocía pero creo que con unas cuantas obras maestras como esta, queda destinado a ser uno de los grandes. Aunque claro, no se que coño ocurre en esto del cine que tal y como le pasa a Almodovar o Garci, no son del gusto del público y sus películas no son taquillazos cuando el genio rebosa en cada minuto de metraje.
Hablando de Quatretondeta, le sumamos una fotografía con unos paisajes y rincones que por suerte he podido recorrer en bicicleta, llegando a lo alto de la Serreta, al Castell de Concentaina, rincones del Moncabrer, Bocairent y otros tantos lugares que puedo desconocer por no ser del lugar y seguimos sumando.
Todo ocurre en fiestas y el ambiente parece que nos rodea, haciendo que el desfile final sea un apoteosis a un tranquilo e imparable avance de una historia donde la pena se transforma en alegría y todo va cobrando sentido mientras sin saberlo nos acercamos al final. Todo tiene sentido y el pasar por la película y por esta vida se muestra como una pequeña metáfora de muchas cosas, más de las que pensamos.
Por fin una película para recordar, comentar y contar que el hombre forma parte de la tierra y que lo importante es ser feliz y dejar un buen recuerdo.


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