La vida es algo único, primero porque tan solo tenemos una para vivirla y luego, por las experiencias y vivencias que podemos disfrutar y atesorar.
Lo malo de esta vida es que, lo mismo que comienza, termina, pero no es el caso que nos ocupa, pues lo que hoy toca es una reflexión, que todos estamos vivos, que nadie de los que nos ocupan se ha ido a ningún lugar.
Es por ello que cada vez que asomo por estos lares es para contar, relatar y decir lo bien que me lo paso con la bicicleta por estos mundos de Dios, casi siempre acompañado de mi fiel escudero Fran el de las Peñas.
Pero mientras madrugamos o dormimos poco, según se mire, el resto de los que queremos se quedan en las camas dispuestos a descansar para comenzar todos y cada uno de ellos sus respectivos días.
Que me gusta hacer deporte viendo y disfrutando es algo que no tengo que comentar pues bien sabido es de todos, que en ocasiones más que deporte es turismo, pues tambien es cierto que la bicicleta es un medio y no es fin.
Por todo ello, con esta ruta y con la plenitud que da la vida que un día te concedieron tus padres, ahora es cuando disfrutas y situado tras los progenitores y delante de los hijos, te encuentras donde hace años veías a los que tanto quieres, ahora comprendes que todo esto es parte de un ciclo.
Entonces, mientras pedaleas recuerdas a los que quieres y en el día de hoy ha sido mi madre, esa mujer que un día insufló vida y me educaría tal y como soy, en lo bueno y menos bueno, pues muchas cosas que ella veía, con el tiempo se cumplirían a su pesar, y otras llegarían colmando su esperanza.
Mientras vamos subiendo y bajando caminos, pistas, cerros, montañas, mientras pasamos haciendo camino, pensamos que esto no es eterno, que no es para toda la vida y lo mismo que hace años no podía hacer esto, llegará el día que vuelva al inicio y tampoco pueda.
Que sí, que nos quedará el recuerdo, pero dime tú de que sirven las fotos, los vídeos, las historias y las vivencias si lo que más quieres es hacer, volver a hacer y por ello tan solo el olvido y el cambio puede con la pasión y con tantas otras cosas.
Así es que, ahora que puedo, ahora que estamos donde estamos, es cuando más me acuerdo de los que quiero, hoy de mi madre, mi fiel seguidora del blog, del Facebook y de mis historias, la que siempre me pregunta donde has ido, la que me veía hace casi treinta años irme para semanas solo con la bicicleta sin llamar, pérdido por Andalucía, camino del mar.
Va por ti mamá y que te mejores.
