Segovia es esa ciudad que la mires como la mires, es bonita por sus cuatro costados. Tuve la oportunidad hace unos años de poder visitarla algunas tardes con mi bicicleta y recorrer lugares que conocía y desconocía. Las sendas que rodean la ciudad son preciosas y las vistas que encuentras en algunas de ellas no tienen precio.
Mientras buscaba, encontré esta imagen que llamó mi atención. El Alcázar, en lo alto de un promontorio donde termina una calle y y a sus lados, sendos barrancos. Desde el llano, parece que la construcción surge del horizonte mientras un un tractor araña la tierra.
Y es que, el momento y la perspectiva desde donde puedes observar las los lugares, las personas y las cosas, permite que cada recuerdo sea personal e imborrable.
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