Todas las mañanas mientras me arreglo para ir a trabajar me asomo a la terraza y en ocasiones el sol que va asomando promete realizar un espectáculo fugaz, pues tan solo dura unos minutos, lo justo para ir corriendo por la cámara y aprovechar sus primeros rayos con los que se deja fotografiar hasta los instantes finales que con toda su fuerza se convierte en pura estela de fuego.
viernes, 28 de octubre de 2016
SON ARTISTAS
Saben dibujar y lo demuestran, pero también tienen ingenio y piensan más de lo que dicen con sus pocos años. Además, son irónicos e incluso el sarcasmo a veces asoma en sus miradas. Pueden ver más de lo que miramos y van dejando huella. Nada mejor que sus últimas fotografías que he podido encontrar esta mañana al ir a coger la cámara antes de un amanecer otoñal. Tanto uno como disparan a lo que se les ocurre pero bajo otro punto de vista nada convencional
miércoles, 26 de octubre de 2016
CHINCHILLA TURISMO Y SENDAS, EL PUEBLO Y LAS ANTENAS
La ruta es sencilla, pero de vez en cuando tenemos unas escaleras arriba, escaleras abajo, el cortafuegos hacia arriba un par de veces, cuatro subidas en serie al repetidor, unas cuantas trialeras y otras delicias marca de la casa.
Total, que siendo una ruta sencilla le pongo lo de difícil para no engañar al personal y si a ello le sumamos que para seguir el trazado nos hace falta un quiromante más que un GPS, no digo nada. Si alguien es capaz de seguir el trazado exacto, que me llame que tiene pagada la mariscada.
Y es que la tarde era esplendida, muy buena y pasado de ropa pues con manga larga tenía veinticinco grados con un poco de aire. La salida era inusual y poco a poco me he ido metiendo en el tema, primero el pueblo... 16, DIECISÉIS KILÓMETROS sin salir del pueblo callejeando por aquí y por allá y cruzando el track en cuatro o cinco ocasiones, pero con un ambiente muy bueno, casi de turismo. Incluso, he conocido algún rincón nuevo... quien lo diría... Me he reido un rato pues colándome en una plazuela sin salida, un matrimonio chinchillano me advertía incluso. Si es que como en casa no pedaleas en ningún lugar pensaba a mis adentros.
Y claro, fotos pocas y con encanto para terminar el pueblo y lanzarme a las antenas. Todas las sendas me esperaban con subidas casi imposibles por delante, la espalda, el cortafuegos y sendas a un lado y otro. Algunas sencillas y otras no tanto. Pero claro, tras las lluvias el suelo de maravilla.
A todo ello respetando las restricciones y rodando por los lugares legales que si no cuidamos Chinchilla nos quedaremos sin nuestro paraiso betetero.
Café inicial y cerveza final con patatas con ajo para dar comienzo y remate a un ratejo chinchillano de esos de los que te quedas más fino que el Coral.
Total, que siendo una ruta sencilla le pongo lo de difícil para no engañar al personal y si a ello le sumamos que para seguir el trazado nos hace falta un quiromante más que un GPS, no digo nada. Si alguien es capaz de seguir el trazado exacto, que me llame que tiene pagada la mariscada.
Y es que la tarde era esplendida, muy buena y pasado de ropa pues con manga larga tenía veinticinco grados con un poco de aire. La salida era inusual y poco a poco me he ido metiendo en el tema, primero el pueblo... 16, DIECISÉIS KILÓMETROS sin salir del pueblo callejeando por aquí y por allá y cruzando el track en cuatro o cinco ocasiones, pero con un ambiente muy bueno, casi de turismo. Incluso, he conocido algún rincón nuevo... quien lo diría... Me he reido un rato pues colándome en una plazuela sin salida, un matrimonio chinchillano me advertía incluso. Si es que como en casa no pedaleas en ningún lugar pensaba a mis adentros.
Y claro, fotos pocas y con encanto para terminar el pueblo y lanzarme a las antenas. Todas las sendas me esperaban con subidas casi imposibles por delante, la espalda, el cortafuegos y sendas a un lado y otro. Algunas sencillas y otras no tanto. Pero claro, tras las lluvias el suelo de maravilla.
A todo ello respetando las restricciones y rodando por los lugares legales que si no cuidamos Chinchilla nos quedaremos sin nuestro paraiso betetero.
Café inicial y cerveza final con patatas con ajo para dar comienzo y remate a un ratejo chinchillano de esos de los que te quedas más fino que el Coral.
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domingo, 23 de octubre de 2016
50KM. ALATOZ, PARAISO SENDERIL
Han pasado ya cuatro años desde la última ruta por Alatoz y parece una eternidad en lo que se refiere a términos ciclistas, pues no es que haya llovido mucho pues llover ya no llueve como antes, es que se ha ido por aquí y por allá y de tanto que se ha ido y venido parece que lo pasado pertenece a otra época.
Pero Alatoz sigue donde estaba, eso sí, ahora con dos bares al amanecer donde tomar café y un par de magdalenas antes de la ruta, algo en mi caso casi imprescindible.
Subes y bajas, unas veces por camino y otras por senda y con el ir y venir vas sumando desnivel y sendas de todo tipo, eso sí, piedra que no falte. En mi caso, este rincón lo he buscado tras las intensas lluvias de estos días pues bien se que de barro por allá poquito. A cambio, en algunos puntos de paso, la roca mojada nos espera en algún renuncio pues la rueda delantera puede que se vaya por donde no queremos.
A mitad de ruta y al inicio de una subida en senda, el perro sale de la finca y recibe ladrando y tentando. No me gusta mucho el can pues ya a la tercera vez le he visto las intenciones y parecía buscar el lugar adecuado de mi pierna izquierda para degustar mis blandas carnes. Este perro suele estar dentro de la finca, pero bueno, en todos los años que llevo, nunca me ha mordido un perro y yo, yo tampoco he mordido a ningún perro (aunque algún galgo haya echando un pulso a la chapa, radiador y embellecedores de mi coche).
Tenemos agua, fresca y buena a mitad de ruta y lo mejor de las sendas en estos kilómetros donde iremos degustando, disfrutando estos montes tan próximos a Albacete donde poder disfrutar como enanos de la bicicleta de montaña.
En mi caso he optado por la doble pues esta zona se puede hacer tranquilamente con la rígida, pero los botes y pasos complicados los tenemos asegurados.
Pero Alatoz sigue donde estaba, eso sí, ahora con dos bares al amanecer donde tomar café y un par de magdalenas antes de la ruta, algo en mi caso casi imprescindible.
Subes y bajas, unas veces por camino y otras por senda y con el ir y venir vas sumando desnivel y sendas de todo tipo, eso sí, piedra que no falte. En mi caso, este rincón lo he buscado tras las intensas lluvias de estos días pues bien se que de barro por allá poquito. A cambio, en algunos puntos de paso, la roca mojada nos espera en algún renuncio pues la rueda delantera puede que se vaya por donde no queremos.
A mitad de ruta y al inicio de una subida en senda, el perro sale de la finca y recibe ladrando y tentando. No me gusta mucho el can pues ya a la tercera vez le he visto las intenciones y parecía buscar el lugar adecuado de mi pierna izquierda para degustar mis blandas carnes. Este perro suele estar dentro de la finca, pero bueno, en todos los años que llevo, nunca me ha mordido un perro y yo, yo tampoco he mordido a ningún perro (aunque algún galgo haya echando un pulso a la chapa, radiador y embellecedores de mi coche).
Tenemos agua, fresca y buena a mitad de ruta y lo mejor de las sendas en estos kilómetros donde iremos degustando, disfrutando estos montes tan próximos a Albacete donde poder disfrutar como enanos de la bicicleta de montaña.
En mi caso he optado por la doble pues esta zona se puede hacer tranquilamente con la rígida, pero los botes y pasos complicados los tenemos asegurados.
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jueves, 20 de octubre de 2016
QUATRETONDETA, POR FIN BUEN CINE.
No recuerdo cual fue la última película que me gustó tanto como para hacer un punto y seguido, tanto como para disfrutar a cada minuto sin saber que pasaría y menos aún, como terminaria, a todo esto, enganchado al televisor sin ocuparme en otra cosa.
Pues por fin ha llegado una obra de arte digna de premios, de reconocimientos y de buenas críticas y desgraciadamente la he tenido que encontrar en mi pase continuo de películas españolas, americanas, japonesas, irlandesas y de otras tantas nacionalidades.
Un actor principal llamado José Sacristán al que conozco desde mis primeros recuerdos de la infancia haciendo películas de humor. Llegados los ochenta y de la mano de Garci y otros directores, al igual que Alfredo Landa, supieron aprovechar su oportunidad y demostrarnos que eran actores, capaces de hacernos reir, llorar y tantas otras cosas como su papel fuese. Pues si bajo mi punto de vista, en Luces de Domingo, Alfredo Landa estaría sublime, así ahora ocurre con José Sacristán, sin olvidar aquel papel en Viaje a ninguna parte. Dos señores que han asomado a lo largo de mi vida a través de las películas y me han enseñado lo que es actuar y hacer cine.
Eso si, la película está dirigida por un tal Pol Rodríguez que en mi caso desconocía pero creo que con unas cuantas obras maestras como esta, queda destinado a ser uno de los grandes. Aunque claro, no se que coño ocurre en esto del cine que tal y como le pasa a Almodovar o Garci, no son del gusto del público y sus películas no son taquillazos cuando el genio rebosa en cada minuto de metraje.
Hablando de Quatretondeta, le sumamos una fotografía con unos paisajes y rincones que por suerte he podido recorrer en bicicleta, llegando a lo alto de la Serreta, al Castell de Concentaina, rincones del Moncabrer, Bocairent y otros tantos lugares que puedo desconocer por no ser del lugar y seguimos sumando.
Todo ocurre en fiestas y el ambiente parece que nos rodea, haciendo que el desfile final sea un apoteosis a un tranquilo e imparable avance de una historia donde la pena se transforma en alegría y todo va cobrando sentido mientras sin saberlo nos acercamos al final. Todo tiene sentido y el pasar por la película y por esta vida se muestra como una pequeña metáfora de muchas cosas, más de las que pensamos.
Por fin una película para recordar, comentar y contar que el hombre forma parte de la tierra y que lo importante es ser feliz y dejar un buen recuerdo.
Pues por fin ha llegado una obra de arte digna de premios, de reconocimientos y de buenas críticas y desgraciadamente la he tenido que encontrar en mi pase continuo de películas españolas, americanas, japonesas, irlandesas y de otras tantas nacionalidades.
Un actor principal llamado José Sacristán al que conozco desde mis primeros recuerdos de la infancia haciendo películas de humor. Llegados los ochenta y de la mano de Garci y otros directores, al igual que Alfredo Landa, supieron aprovechar su oportunidad y demostrarnos que eran actores, capaces de hacernos reir, llorar y tantas otras cosas como su papel fuese. Pues si bajo mi punto de vista, en Luces de Domingo, Alfredo Landa estaría sublime, así ahora ocurre con José Sacristán, sin olvidar aquel papel en Viaje a ninguna parte. Dos señores que han asomado a lo largo de mi vida a través de las películas y me han enseñado lo que es actuar y hacer cine.
Eso si, la película está dirigida por un tal Pol Rodríguez que en mi caso desconocía pero creo que con unas cuantas obras maestras como esta, queda destinado a ser uno de los grandes. Aunque claro, no se que coño ocurre en esto del cine que tal y como le pasa a Almodovar o Garci, no son del gusto del público y sus películas no son taquillazos cuando el genio rebosa en cada minuto de metraje.
Hablando de Quatretondeta, le sumamos una fotografía con unos paisajes y rincones que por suerte he podido recorrer en bicicleta, llegando a lo alto de la Serreta, al Castell de Concentaina, rincones del Moncabrer, Bocairent y otros tantos lugares que puedo desconocer por no ser del lugar y seguimos sumando.
Todo ocurre en fiestas y el ambiente parece que nos rodea, haciendo que el desfile final sea un apoteosis a un tranquilo e imparable avance de una historia donde la pena se transforma en alegría y todo va cobrando sentido mientras sin saberlo nos acercamos al final. Todo tiene sentido y el pasar por la película y por esta vida se muestra como una pequeña metáfora de muchas cosas, más de las que pensamos.
Por fin una película para recordar, comentar y contar que el hombre forma parte de la tierra y que lo importante es ser feliz y dejar un buen recuerdo.
domingo, 16 de octubre de 2016
LIETOR, HIJAR, CRUZANDO EL RÍO MUNDO, SENDAS, RAMBLAS, TRIALERAS Y SUBIDAS CASI IMPOSIBLES
En ocasiones hacemos kilómetros y más kilómetros con nuestros coches buscando y rebuscando en lugares lejanos, encontramos buenos rincones, rutas y sendas y merece la pena el esfuerzo.... pero.... si es que como Albacete no hay nada para la bicicleta de montaña, tenemos nuestro río Júcar y todo lo que le rodea, la Sierra de Alcaraz, la del Agua y buenos rincones como la zona de Carcelén, Chinchilla, Almansa, Caudete, Ayna, Bogarra e incluso Villarrobledo. Tenemos de todo y al lado de casa y eso es lo que ahora toca, disfrutar de lo que tenemos a mano y que muchos otros lugares envidian.
En este caso, esta mañana hemos ido el amigo Nacho, Fran y el que suscribe a Lietor y sus alrededores con una ruta de cuarenta kilómetros de esos que cada uno vale su peso en oro. Cuarenta kilómetros hechos para la bicicleta de montaña con sendas, trialeras, subidas e incluso un buen rato cruzando descalzos el río Mundo.
Todo ello en una mañana otoñal en las que da gusto pedalear, con un poco de frío al comenzar y el calor justo para terminar. Buen almuerzo a mitad de ruta en un cortijo abandonado junto al río Mundo en una de sus zonas encajadas y buenas granadas por doquier.
Si lugar a dudas, hoy ha sido un gran día de bicicleta en el que hemos disfrutado como enanos y de ello se da cumplida cuenta en fotografías y vídeos.
Rutón para los amantes de la bicicleta de montaña en estado puro.
En este caso, esta mañana hemos ido el amigo Nacho, Fran y el que suscribe a Lietor y sus alrededores con una ruta de cuarenta kilómetros de esos que cada uno vale su peso en oro. Cuarenta kilómetros hechos para la bicicleta de montaña con sendas, trialeras, subidas e incluso un buen rato cruzando descalzos el río Mundo.
Todo ello en una mañana otoñal en las que da gusto pedalear, con un poco de frío al comenzar y el calor justo para terminar. Buen almuerzo a mitad de ruta en un cortijo abandonado junto al río Mundo en una de sus zonas encajadas y buenas granadas por doquier.
Si lugar a dudas, hoy ha sido un gran día de bicicleta en el que hemos disfrutado como enanos y de ello se da cumplida cuenta en fotografías y vídeos.
Rutón para los amantes de la bicicleta de montaña en estado puro.
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