Una buena excusa para pasar unas pocas horas pedaleando junto a Albacete sin ir muy lejos y poder disfrutar con lo que el río y sus alrededores nos ofrece.
Las sendas de Valdeganga y la línea del tren Baeza Utiel nos dejará un buen sabor de boca en una primavera que va pintando de verde el campo. Son tres los colorer; el marrón de la tierra, el azul del cielo y el verde salpicado de motas de colores por las flores que van asomando poco a poco.
Esto va por temporadas, por épocas y por ventoleras como se dice vulgarmente.
La bicicleta depende de muchas cosas y entre ellas el estado de ánimo que es el que manda, incluso más que las condiciones atmosféricas o las fuerzas que puedas tener.
Por ello y como quiera que ahora con unos días de mucho frío y viento, el río Júcar y sus alrededores se convierten en mi refugio donde poder hacer bicicleta y disfrutar al mismo tiempo.
Cierto es sabido que son ya muchos años pedaleando por estos lugares y pasando por las mismas sendas y caminos, pero es de las pocas cosas que no me aburren a pesar de poder repetir y es que hay cosas que gracias a Dios no cansan y esta es una de ellas.
Destacar un gran almuerzo en las Casas del Cerro en el bar José que ganas tenía yo de hacer una parada y vaya si ha valido la pena.
Respecto a caminos y sendas, que voy a decir de esta zona si tanto me gusta.
Buscando, buscando, encontre un tramo de carretera pintoresco desde Nerpio hasta casi Letur, le llaman la carretera de Vizcable o la que discurre junto al canal del Taibilla y ese tramo que ronronea con el canal y la montaña pintaba bien, muy bien.
Por precaución, la elección entre carretera y gravel se decantó por gravel por precaución no fuese que esa carretera de casi treinta kilómetros y algún tramo más asustase para la de carretera que fue lo que pasó en tramos como de la Fuensanta a Juan Quilez.
En el aire estaba el final por camino desde Letur a Elche de la Sierra con buenos rampones para terminar, algunos tramos con piedra suelta y por si las moscas existía un pequeño rodeo en carretera de Letur hasta Elche. Finalmente y como quiera que todavía quedaban fuerzas e ilusión, a ello me dispuse para coronar un gran día de bicicleta.
Como ya he dicho, casi todo el trazado es asfalto, y más de la mitad, ciclable con la de carretera pero para el resto, mejor gravel pienso yo.
Muchos pueblos y aldeas y mucha subida, más que bajada diría yo que las piernas a veces piensan que es más la rampa arriba que abajo. Eso sí, la gravel baja como un rayo acostumbrado a la de carretera.
Para yantar en Nerpio mejor buscar el restaurante que el bar que encontré que aunque aceptable, escaso y a precios poco populares y con un ambiente un poco rancio.
La carretera que parte del pantano del Taibilla es un autentico espectáculo en el que disfrutar de sus curvas, las vistas, los estrechos, el canal, las subidas y bajadas y lo bueno de no estar bacheada aunque con abundante piedra caida que no debemos perder de vista.
El final como he dicho, de traca para mi caso y si alguno no es amigo de rampones a piernas cargadas y piedra suelta, mejor que opte por algo más de kilómetros y asfalto del bueno. En mi caso me quedo con este final.
Y al final, prueba conseguida con la que poder disfrutar y tener buenísimos recuerdos de un grandísimo día de bicicicleta.
Ah, en el tiempo invertido se incluyen paradas para almorzar, comer, fotografías y cosicas varias y de velocidad media en estas rutas no soy amigo de correr más que cuando me apetezca no sea que al final falten fuerzas.
SIN LUGAR A DUDAS, UN TREMENDÍSIMO DÍA DE BICICLETA
Hay rutas que si personas fuesen lo tendrían bastante claro, más que cualquier tozudo o testarudo de los que pueda conocer, incluyéndome a mi mismo.
Si bien he trazado la ruta de hoy previamente en tres ocasiones, finalmente no sería la proyectada pero así son las cosas cuando te dejas llevar por el estado de ánimo, el día y las sorpresas que te da la vida como diría la canción.
La ruta son tres partes muy distintas.
La primera es de Jorquera hasta Alcalá del Júcar. Subiremos por asfalto y tras ocho kilómetros haremos pistas en un estado que irá mejorando a medida que vamos avanzando. Disfrutaremos de un trazado poco lineal que asomará de vez en cuando al inicio de barrancos ya conocidos, disfrutados y sufridos como la rambla de Ayora, la rambla de San Lorenzo y otros y terminaremos como alma que lleva el diablo a Casas del Cerro para bajar a Alcala por una bajada preciosa con la que poder disfrutar de la bicicleta y el paisaje.
La segunda parte va de Alcalá a las Eras. No es nada, pero para ello recorremos la playa del Júcar, el paseo junto al canal, la subida por las calles del pueblo con un par de errores subsanables, el castillo y su cuesta, las finales a las Eras y el almuerzo en la terraza del Cruce donde podría departir con un buen amigo que como yo, hace lo que piensa que tiene que hacer y le gusta.
Terminado el almuerzo y como queria que mi amigo llevaba bicicleta de carretera y volvería por el Júcar le acompañaría hasta Jorquera y esta tercera parte es todo carretera aunque con el paisaje, la compañía y la charla se haría tan breve como placentera.
Finalmente la subida a Jorquera y vuelta a casa a descansar, aunque poco, pues días como estos parece que no has hecho gran cosa al llegar casi como una rosa y además contento de una gran mañana de bicicleta.
Veo que Wikiloc me ha regalado 300 metros de desnivel, para compensar todo lo que me lleva quitado ultimamente.
La margen derecha del río Jucar en la parte de Valdeganga es un concentrado de sendas alucinante. Siempre las he ido haciendo en mis rutas pero nunca todas en el mismo trazado. Teniendo en cuenta que el límite será el barranco del Cañahorro, todo lo que hay desde Valdeganga hasta allí será lo que incluya la ruta. Si hay que ser sinceros me dejé una subida en pista y otra bajada en pista.
La salida es tremenda, pues subimos y bajamos sin respiro por sendas y caminos de manera que calentamos rápidamente. Luego, al terminar la maraña de sendas vamos pisteando y encontrando sendas más largas y disfrutonas tanto en subida como en bajada.
La parte final será junto al río disfrutando de lo realizado y con tranquilidad salvo una senda que tomaremos paralela al camino.
He podido hablar con una pareja de ciclistas que tranquilamente disfrutaban de esta ribera del río que tan buena y tan cerca tenemos de Albacete. El llevaba una gravel con un manillar de 30 grados que a bien seguro buscaré y colocaré a mi Terra.
Una mañana tranquila, fresca en su inicio y muy buena.
Descononozco de quien será la responsabilidad pero mis piernas estaban para 1080 metros de desnivel acumulado y la ruta así lo indicaba. En el camino a la descarga y conversión del archivo, alguien me ha birlado casi doscientos metros de desnivel.
Me da igual, yo se lo que he hecho y nadie me lo quita aunque se diga otra cosa, tantas cosas así son en la vida que ya me he acostumbrado.
Y es que esta ruta y con la gravel, que también es apta y posiblemente más asequible con la de montaña, es una buena opción para liberar problemas y preocupaciones pues la primera parte es subir, subir y subir y bajar y subir, bajar y subir y la última parte son sendas subiendo y bajando, subiendo y bajando y además, como he dicho con la gravel.
Y cuando terminas, aunque solo sean cincuenta kilómetros te puedes colgar una medalla de quien te apetezca y volver a casa en tu coche cuesta abajo más a gusto que un arbusto.
Así es que, aquí dejo mi legado para la eternidad y que Dios nos proteja a todos pues como diría el filosofo, estamos solos en este mundo.
Ohhhhh rorrrrr, llueve en toda España, en toda la provincia de Albacete y todo el día, ¿seguro?, vamos a ver que con eso de la previsión metereológica por horas lo mismo se puede mirar algo, siempre nos quedará... Chinchilla.
Diosss mío, tres horas sin lluvia de 08 a 11 dice el tiempo.es, no se como lo hacen y se atreven a decirlo pero como clavo ardiendo a ello me agarro y salgo de Albacete solo y desolado pues todos mis compañero abandonan el barco... que si estoy cansado, que si llueve, que si hay barro.... mierdascas es lo que son, pero bueno, inteligentes que lo mejor es quedarse en casa y más un domingo así.
Yo llego a Chinchilla con lluvia pero faltan veinte minutos para las 08 que dice Maldonado que a las 08 no llueve y me tomo un café y un chupito fresco de Castellana como los abuelos que ya por pintando canas en las patillas.
Preparados, listos y ya no llueve a las 08 y sin lluvia y sin rumbo más que lo que me apetezca me pongo a pedalear por aquí y por allá, por arriba y por abajo, fotos y paisajes recién llovidos, húmedos, mojados y encharcados en las piedras.
Cuidado con raices y piedras lisas que son amigas del resbalón, menos presión en las ruedas y algún loco que otro por el monte corriendo y en bicicleta, donde vayas de los tuyos haya.
Y a mitad de ruta dos buenos y grandes amigos con los que compartir pedales y conversación. Queda menos para que termine la tregua y vuelva la lluvia a las 11 y eso será mientras los tres degustamos otros tres bocadillos de guarra que en otros lugares llaman salchicha o chistorra, pero aquí en la tierra del Quijote comemos con la rr, que si guarra, forro, chusmarro y otras delicias gorrineras... Dios mío que pensarán de nosotros que veneramos al gorrino y a la guarra.
Y luego vuelta a casa contento y con todo un día por delante para ser feliz que es domingo y es el día del Señor.
SIN LUGAR A DUDAS, UNA GRAN MAÑANA DE BICICLETA.
Hoy he recordado una historia que se repite y es cierto aquello de que nada es nuevo y todo está inventado.
Hoy, junto a Juan y Fran hemos recorrido un trazado que pude componer hace unos días y curiosamente era todo carretera para la gravel. Ayer cambié la Cannonale rigida por una de carretera y de esta manera todo ha cuadrado.
A pesar de ello pensaba que iba a volar con la de carretera pero que va, esto de pedalear no es una ciencia exacta y por ello aunque a buen ritmo bajo mi punto de vista y estado físico, no ha sido brillante la media y tiempo invertido. Como yo no soy de Strava ni de potenciomentros... como que me da igual y mi objetivo era terminar el trazado con buenas sensaciones y llegar a casa a la hora de comer y eso, eso si que lo he conseguido.
Así es que, ahora a esperar la siguiente ruta que haremos de carretera para ir alternándola con las de montaña y gravel y a seguir disfrutando de lo que más nos gusta, de dar pedales, pasar buenos ratos y disfrutar de la naturaleza y el paisaje.
Sin lugar a dudas, OTRA GRAN MAÑANA DE BICICLETA.
Con Paco y con Borja tras varios días esperando nos vimos a la hora de la digestión y nos dispusimos a pedalear contra el viento hasta Pozo Cañada.
Pasaríamos por el Salobral, subiriamos a los Pocicos y por esa carreterilla que lleva al Campillo del Hambre. Luego el tramo de carretera que va hasta el Campillo de las Doblas, trazado hecho y conformado de parches de asfalto, parches sobre parches y más parches de manera que entre parche y parche algún que otro agujero. Pequeño suplicio para mis compañeros carreteros y trámite para mi gravel.
Luego, al pasar el Campillo de Doblas, carretera a Pozo Cañada con bucle en la zona de Cerro Lobo y Abuzaderas. Allí nos esperaban más parches en abundancia sin que tuviesemos la mala fortuna de pinchar o llantar que no degustar viandas.
Tomada la carreterilla en buen estado, aire de cara hasta Pozo Cañada como al inicio del presente escrito pude avanzar.
Café, agua y chupitejos en los Arcos y tras descansillo, antigua nacional con aire casi a favor a todo trapo para mover el piñón pequeño y llegar hasta Albacete con soltura y piernas castigadillas.
Tarde extraña con ese polvo que todo lo cubre y hace que el sol quede tras un velo difuso. Falta de calor pero sin frío y buena compañía para volver otro día, pues lo bueno de esta vida es ser o estar, pero también volver, que siempre nos queda la esperanza.
