Vuelvo a casa de vez en cuando y cuando lo hago es con ganas. Si además, lo hago con buenos amigos mucho mejor como ha sido el caso de hoy con Fran y Cabezuelo.
De Fran ya no tengo palabras por lo que me ha soportado durante el tiempo que me conoce pues han sido muchas las rutas y lo vivido. De Cabezuelo que viene muy de vez en cuando me faltan palabras pues los que tenemos la suerte de conocerlo sabemos que es una gran persona. Hoy era un día de esos que tocaba salir con Cabezuelo y hemos podido hacer una ruta de esas que son para el recuerdo.
La excusa era una ruta de las que tenía en el cajón y que al final no ha sido lo que tenía que ser pero lo que ha quedado lo dejo para el que quiera pasar un buen rato de bicicleta y si es con buenos amigos como ha sido mi caso, mucho mejor.
Salimos de la plaza del Cabezuelo camino de ese Padrastro que siempre ha estado y estará por muchas vidas que podamos recorrer. Desde que cumplí los diecisiete años que sería la primera vez que lo subiría hace ya veintiseis años, un suspiro de mi vida, no falta año que lo suba pues ese paisaje sería la primera montaña que con mi bicicleta subiría y seguiré subiendo hasta que las fuerzas me lo permitan.
Y claro, los años no pasan en balde y con esos amigos y buenas bicicletas que mejoran a medida que nos añadimos años, hemos bajado sendas que antes ni sabía que existían; y claro está que de los vídeos daré cumplida cuenta, una pasaaaaaadaaaaaa.
Mira que llevo kilómetros, sendas y tierras y lo que me queda por ver, pero siempre que por casa puedo salir, esto no tiene nombre. Desde arriba el Calar, el Almenara, la Sarga, el Cambrón y a lo lejos Cazorla, en un costado montañas y al otro la Mancha, a lo lejos tras la sierra.
La ruta tiene tramos de subida de los buenos y algunos de bajada son complicados, recomendando bajar por lo que pongo muy difícil que en nuestro caso ha sido lo que buscábamos pues bajar de la bicicleta.. lo último.
Paisajes, naturaleza, bicicleta y amigos. En definitiva, un gran día de bicicleta.
Por cierto amigo Cabezuelo, un placer volver a poder hacer una ruta contigo.