Este año no ha sido llegar a 10.000 km., este año ha sido conocer nuevos lugares y amigos con los que poder rodar por caminos y sendas desconocidas en las que disfrutar de la bicicleta y la compañía.
Hemos afinado nuestras fuerzas con rutas de 100 kilómetros como la de Carcelén y la de Alcalá del Júcar, y retocado las aspiraciones con LA SERRANA y sus 3.500 metros de acumulado, Albacete-Alicante y sus casi 200 kilómetros de caminos y Albacete-Valencia con 250 kilómetros de carreteras.
Ahora toca preparar la cabeza y descansar las piernas, esperar que los caminos se vayan secando, que el viento cambie su rumbo para empujar nuestras bicicletas y poner las bicicletas a punto. Es tiempo de disfrutar de lo vivido, de recordar lo visto y realizar acopio de fuerzas.
Tengo la sensación que es la última gran ruta, la que termina con varios años de progresión en los que cada día ha sido mejor y da lugar a continuar viviendo con el sueño y el recuerdo de algo que seguro fue inigualable.
Demasiada gente llevamos en nuestras bicicletas, además de nosotros nos acompañan nuestras familias y amigos de los que sin ellos nada de esto hubiese sido posible, pero gracias a todos pedalearemos con fuerza pues gracias a ellos somos lo que somos.
Volveremos, si Dios quiere, al lugar de donde partimos como de costumbre, para descansar con los nuestros, con los que más queremos.
Quedan cinco días para llegar a la Puerta del Sol.