sábado, 5 de mayo de 2012

CAMPILLO DE ALTOBUEY Y ALREDEDORES

La mañana pintaba mala, muy mala, demasiado mala, nada más tomar la autovía en dirección la Gineta, la llovizna fue convirtiéndose en diluvio de gota gorda y arreciaba hasta hacerse casi imposible poder continuar en el coche al pasar Tarazona. Nosotros adelante, pensando en un claro milagroso entre nubes que amparase nuestra ruta durante cuatro horas y... Bendecidos por quien corresponda y con el culito prieto realizamos una ruta que iniciada por asfalto, a medida que tomamos confianza pasó lo que pasó, como de costumbre, un camino en buen estado, una finca privada, una valla por saltar y una cuesta imposible en la que Alfonso demuestra porque es el rey de la piedra suelta y el que suscribe pie a tierra y Alfonso girando el cuello para esperarme... Pues nada, prueba superada y a por rutas casi imposibles amigo mío.
Eso sí, paisajes de los buenos, pinos y más pinos, ciervos y muflones, liebres de singular tamaño y un par de bocadillos de órdago con servicio completo en Campillo en el bar FALCON CREST.
Otro día más en el que escapamos de la lluvia, del barro y la calamidad, pero no por ello estamos libres de pecado. Sin duda, hoy ha sido otro gran día de bicicleta.






2 comentarios:

alfonso dijo...

Menos mal que al final nos salio la vena animal y tiramos a donde nos gusta, al monte a buscar nuevas y mejores sensaciones rutas en las se disfruta descubriendo nuevos caminos.

50KM dijo...

Que razón llevas, menos mal que hicimos lo que se tiene que hacer.