Está ruta se hace tras unas fotos que un buen amigo de Elda me envía el otro día y me pone los dientes largos, con ello me recuerda un trazado que el buen amigo Robfte nos propuso antes de marchar a las islas Afortunadas y que no pudimos realizar juntos.
Con todo y con eso, me puse a estudiar el trazado que tenía buena pinta y con el satélite y la intuición me aventuré a introducir algunas modificaciones que podían hacer la ruta más difícil, más complicada y mas dura a cambio de buenas sensaciones y vaya que si encontramos todo esto.
La ruta, si tienes buenas fuerzas, preparación técnica y una bici que se atreva con todo, puedes intentarlo. A ello debes sumarle un poco de pateo puntual en dos o tres tramos y muchas ganas de aventurarte y pasarlo bien... además olvidaba unas cuantas zarzas que buscarán acariciarte a su manera.
En su gran mayoría se pistea pero llegado el momento de las sendas, más te vale agarrar bien la bici y encomendarte a nuestro Señor que falta te hará si quieres aventurarte y si no, pues patearás bastante y te acordarás de mi.
Además, como buena aventura, tiene un baño incluído en un lugar único más una visita turística al pueblo de Anna y su Albufera.
El almuerzo en Anna de campeonato donde nos servirán rápido, fenomenal y los bocadillos de chipirones, aperitivos y bebidas serán finiquitados con lo que allí llaman cremaet para nuestro carajillo.
Agua en diversos puntos y aunque con avisos de no potable, al no poner que se prohibía hemos bebido como siempre se ha hecho de caños de agua fresca.
Agradecer a Robfte que nos sugiriese tan buena ruta que en caso de haber respetado su trazado hubiese sido agradable y tranquila, sin sorpresas, cosa que aquí en 50km haremos algún día, mientras tanto buscaremos algo más, sea bueno o malo, todo según el prisma que se mire.
En fin, una ruta para aquellos que no tienen complejos y lo perdonan todo mientras sufren entre alguna zarza y patean algún rampón, bajan rezando que la rueda agarre y les gusta ver, visitar y disfrutar.
Se pasa por una finca privada con dos perros tranquilos y tras ella, un pedazo de senda larguísima que no está al alcance de todos con la que hemos disfrutado muchisimo.
Lo que suele ser en 50km UNA GRAN MAÑANA DE BICICLETA en buena compañía con el amigo Fran y Ángel.
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