La ruta es parte del Camino de Santiago que viene de la
parte de Valencia y pasa por Albacete para luego ir camino del Norte cruzando
la península. De esta manera, haremos en sentido contrario el recorrido
dulcificado en algún tramo con partes de asfalto y le añadiremos el tramo que
de Sueca nos lleva a la zona de L’Albufera con el disfrute de tan imponente masa
de agua más una bella entrada a la ciudad de Valencia entre los Pinos del
Saler.
Pasa por muchos pueblos por donde poder reponer fuerzas en
forma de comida y bebida, tendremos muchos lugares que visitar y poder
contemplar. Pero además de los pueblos nos esperan las vistas del recorrido por
donde encontraremos alguna que otra cruz y carteles que nos indican lo jacobeo
de la ruta. No obtendremos ninguna bendición ni cosas similares, tan sólo la
satisfacción de haber podido realizar el recorrido y si es posible, haber
disfrutado en nuestro periplo.
A lo lejos y conforme nos acercemos, iremos viendo castillos
e iglesias de pueblos como Chinchilla, Hoya Gonzalo, Higueruela, Almansa, Font
de la Figuera, Moixent, Vallada, Canals,
Xativa, Manuel, la Pobla Llarga, Carcaixent, Alzira, Corbera, Riola, Sueca,
Muntanyeta dels Sants, el Perello, el Saler, Pinedo, Valencia, Ciudad de las
Ciencias, Centro, Burguer King, Estación del Norte.
No es la primera vez que por estos lugares paso, pero en
esta ocasión incluí la Muntanyeta del Sants en mitad de La Albufera, por eso de
lo curioso de la elevación, la ermita y las vistas de un lugar donde según la
época del año nos esperan paisajes llenos de agua, de arrozales o amarillos
tras la recogida, plagado de aves zancudas.
Como de costumbre en este recorrido y a pesar de hacer un
trayecto por carretera, acudo al embarcadero de l’Albufera que en esta ocasión
nos esperaba con sus aguas verdes atizadas por el aire mientras las barcas se
mecian por las olas.
El tramo final, de excepción con tramos de carril bici entre
pinos, caminos y tablados con el mar a
nuestra derecha para llegar a la zona del puerto y terminar por carril bici en
la gran ciudad. Las construcciones de la Ciudad de las Artes y las Ciencias
serán un buen colofón a tan gran día de bicicleta y el punto final del
recorrido en el Burguer King del centro, no en la estación del Norte por donde
se pasa. La explicación de terminar con hamburguesa doble y patatas y no
hacerlo con una buena paella con su ensalada y otras lindezas es sencilla; para
estas rutas de larga distancia en un solo día la comida es algo constante que
no puede faltar poco a poco, siempre se tiene que ir comiendo algo sin hacer
hambre como igual ocurre con la bebida. Es bueno a mitad de trayecto hacer un almuerzo
tirando a comida sin pasarse pues la digestión debe ser ligera y de este modo
terminaremos cansados, pero no hambrientos. Si comemos al final será casi
merendando tras once horas de pedaleo y si nos pasamos, tenemos la experiencia
de malas digestiones, por lo que aunque pensemos que tenemos derecho a comer de
lo que queramos y cuanto queramos, mejor será cuidarnos para no tener
problemas.
Lo que si que tenemos que tener es un buen compañero de
viaje y fatigas pues el trayecto es largo y en ocasiones algo duro o tedioso y
eso se puede superar con un amigo con el
que pedalear, hablar y tenerlo al lado es fundamental, como igual ocurrirá en
su caso. En esta ocasión como en la totalidad de rutas de este tipo, el amigo
Fran es parte de la ruta y al que agradezco su tesón y amistad.
Y por cierto, a quien me diga que recorriendo 240 kilómetros en un día no se disfruta, le invito a que nos acompañe a la siguiente que hagamos pues bien puedo asegurar el nombre y localización de cada fotografía y de cada uno de los kilómetros que pudimos pedalear y recorrer llenos de ilusión, esfuerzo y cansancio, pues lo mejor de una ruta no es llegar, es disfrutar y sentir en nuestras carnes el recorrido con sus cuestas, llanos, paisajes y climatología.