Una ruta de esas que sales solo de casa y todo está por venir sin que sepas lo que te vas a encontrar y eso que ya conoces el camino. Y es que en ocasiones, lo mejor del camino es recorrerlo con ganas y disfrutar, que ir de un sitio a otro no es viajar sino marchar.
Pues en esta ocasión conmigo mismo me dispuse a salir de Valdeganga en dirección Alcalá del Júcar con un track elaborado de mi cosecha y luego volver sendeando por el río y que va.... nada parecido, al menos en su segunda parte.
Porque llegar a Alcalá por caminos de la parte alta de la ribera pasando por Bormate, Abengibre, las Eras, bajar callejeando y luego tomar pista junto al río era cuestión de pedales. Lo que ocurre es que antes de bajar a la parte de abajo, nunca mejor dicho, de Abengibre, pude encontrar dos ciclistas a lo lejos que resultarían el amigo Bacterio acompañado de Ignacio y por ello, alegría mayúscula al poder coincidir y hacernos fotografías a nuestro estilo. Un poco de conversación, chascarrillos y cada uno a lo suyo.
Luego, en la vuelta y tras subir a la parte alta de Jorquera, la senda de las cocheras y en mitad de ella un ciclista que me cruzo que viene en sentido contrario. Me paro y hablamos y resulta que nos suenan las caras, resultaría que a mi del Facebook lo conocía al amigo Fernando y él a mi, de las rutas, el de 50km. Decidimos hacer lo que los caballeros a pedales hacen y es compartir camino de manera que ponemos en común nuestros planes de ruta y hacemos la senda hasta el final en mi caso y su inicio en el suyo, luego pisteamos y enganchamos la senda en su parte final de Jorquera.
Como está mandado, Fernando es bien recibido por los mesoneros del Ruti en su despedida de regencia restauradora y con un buen plato de exquisitas viandas a la brasa más las patatas y el huevo con buena cerveza nos damos un almuerzo de nobles, que para eso lo somos. Terminamos con cafés y chupitejos y honrado en el pago por Fernando terminamos el yantar con una buena conversación en una terraza junto al río plagada de ciclistas hambrientos y sedientos.
A la salida, el amigo Bermejo y el gran Juancar que harían su reposo de flaca a mitad de ruta a los que mando un gran saludo.
Ahora tocaba volver... eso es lo que parecía, la senda romana hacia arriba, un poco de senda camino de Villavaliente y luego caminos, un tramo de piedrolos, bancal y más caminos, aire que se levanta en nuestra contra más un poco de plato grande y terminamos la ruta en Valdeganga.
Con unas buenas cervezas y mi jarra helada de cerveza con limón se termina el día siendo una gran jornada de bicicleta en la que los tres únicos ciclistas que he encontrado en mi camino han sido dos amigos ya conocidos más uno al que he tenido la suerte de conocer en persona. Un saludo Fernando.
La ruta no está nada mal para hacer kilómetros y disfrutar de nuestro río y los paisajes que su entorno ofrecen.