El almuerzo en 50km ha sido algo consustancial a lo largo de nuestra historia, de ello dan cumplida cuenta las fotografías a lo largo de los años que llevamos sobre nuestras bicicletas. Hemos cambiado de montura, nuestras costumbres y la manera de almorzar. A continuación os ofrezco nuestra historia en el NOBLE ARTE DEL ALMUERZO.
EL ALMUERZO EN RUTA. ALMUERZO DE “TAPERWARE”.
Tuvo su época en 50km a sus inicios con retaleos de cumpleaños y mochilas cargadas de comida y bebida. Se evolucionó a que cada uno aportase comida y bebida para poder hacer parada en cualquier lugar y bien de pie o sentados en piedras al efecto, al sol o a la sombra según el día y su frescura, poder descansar mientras se come y reponemos fuerzas para continuar la ruta.
ALMUERZO DE BOCADILLO.
Otra manera de almorzar en ruta consiste en la parada a mitad del recorrido en bares o restaurantes a precios asequibles que oscilan de 3 a 5 euros y pedir un bocadillo con su refresco/cerveza o vino y casera con café final en sus diversas variantes; solo, cortado, carajillo o belmonte.
Todos sabemos de lugares a precio cerrado como El Emporium o el Paso en Chinchilla donde no tenemos problemas. En otros sitios, si no preguntamos antes, nos podemos encontrar con sorpresas desagradables como el bar de los jubilados de Reolid donde a pesar de la “clavada” nos dejó un gran bocadillo como el que abajo consta, con sus dos chorizos y morcillas enteros, no partidos como en otros lugares. Me han comentado que este bar ha cambiado de dueño.
Destaca respecto al bocadillo en una suma de variables como la limpieza, presentación y trato sin competencia alguna el LENGÜETERO de Caudete donde destaca el bocadillo o tostada de jamón al corte a buen precio con un entorno y trato sin parecido.
Respecto a los aperitivos previos al bocadillo, destaca EL TEULARET próximo a Navalón, donde junto a los encurtidos, nos dejan tomate partido y patatas fritas.
ALMUERZO CON ASCUAS.
Las ascuas son lo preferido dentro de la parada a mitad de ruta, y de ellas damos cumplida cuenta en las Eras donde el Restaurante el Cruce los fines de semana nos ofrece un plato completo por cabeza con la suela de jamón, forro, huevo y patatas. El vino y casera del terreno junto al carajilló final nos deja cuerpo de marqués.
También tenemos el mesón El Colegial en el Salobral donde las buenas brasas son anuladas por la guarrería de una de sus cocineras a las que hace un par de años pude sorprender como volvía a montar un bocadillo de panceta tras caer a un suelo falto de barrido.
También tenemos en Bormate al “Macobio” donde su “ensalada de gorrinera” supera con creces la ligera dejadez con la limpieza y sus elevados precios.
Finalmente y para rutas sin dificultad nos quedan Los Isidros en Aguas Nuevas donde poder disfrutar de un plato combinado de patatas, huevos y tercer elemento a elegir entre suela de jamón, cordero o chusmarro.
GRANDES INVITACIONES.
Destacan varias de las que hablo de la ofrecida en la preparación de la I BTT de Carcelén donde el alcalde, Ramón y otros cuantos más del pueblo acogieron a los 50km y peña de Higueruela en una lluviosa mañana donde disfrutamos de sus patatas con huevo y carne a la brasa variada.
Igualmente, la hospitalidad de los amigos de Balazote donde nos agasajaron en una de sus “naves” para poder pasar una gran mañana de amistad rematada con una bandeja de pasteles y todos.
Destacan las grandes invitaciones en ruta de los Liebres de Yecla y los Cig-Zag en sus instalaciones.
LA PAELLA DE LA PERDIZ EN SIERRA ESPUÑA.
Paella para el recuerdo de una de las mejores rutas de 50km para un día perfecto en el que todo se dió bien y lo pasamos fenomenal con un plato de paella y unos postres fabulosos en LA PERDIZ.
ASCUAS EN CASA DE FRAN.
Lo que no tiene precio son las ascuas en CHEZ FRAN, lugar peñero sin igual donde podemos rozar la esquisitez del calor y producto de unas brasas y tiempo de asado fruto de la experiencia. El lugar, de asistencia previa invitación hace las delicias de cualquier gurmet de las brasas.
ALMUERZO SIN BICICLETA.
Ingestas sin control ni bicicleta, sin más ánimo que disfrutar de la comida y bebida junto a los amigos, vestidos de calle y como la gente normal. En estas ocasiones se come incluso más que cuando se hace deporte y de la bebida no digo nada, pues al no tener que coger el coche ni la bicicleta no hay más límite que el tiempo prudente de llegada a casa.
Lugares al efecto como el Horno de la Cruz, el Avión II, los Corzos y similares hacen nuestras delicias.