Del resto, otro rutón a la saca más, porque la "pechá" que nos hemos metió ha sido casi épica y lo único que sentíamos era satisfacción por disfrutar de lo que subíamos y bajabamos y por tener la suerte de poder hacerlo con fuerza y técnica, porque gracias a Dios, cuartos no sobran, pero disposición y maneras, vamos sobrados.
Ruta que sirve para cerrar una serie de trazados en Ayna y que me ha servido para ver unas cuantas cosas:
Comienza con una rápida bajada por las calles del pueblo para enfocar la subida por la pista de las Salinas que nos llevará hasta la sarguilla. Una vez allí buscaremos la primera senda cuesta abajo que será la que hace cuatro años hice escaso de técnica. En esta ocasión con la alegría de no poner el pié más que en una ocasión para apoyarme en una curva. Cuidado que se las trae y es técnica y peligrosilla.
Después, tomamos carretera y manta camino de Royo Odrea. Allí tomaremos los subidones por calles y camino y terminaremos haciendolo por senda. Si no tuviesemos bastante, deberemos avanzar sobre guijarros y andando para llegar por una senda perdida a lo más alto.
Una vez arriba, la senda de bajada de los Cárcavos y a disfrutar de lo lindo, pues se disfruta y arriesga bastante, más en su parte final.
Ahora tomamos la subida del Mirador y una vez arriba, otro pedazo de senda que nos llevará durante algo más de tres kilómetros camino del pueblo.
La ruta es dura, para que nos vamos a engañar, tiene cuestas bastante duras y bicitreking en un tramo, el comentado de Royo Odrea, pero resulta impresionante si lo que buscas son sendas y tienes fuerza y técnica sin miedo a bajarte un ratejo de la bicicleta.