Parecía la cosa sencilla y Jarry avisaba de los últimos kilómetros donde se tenían que llevar las fuerzas en reserva sin gastarlas al inicio pues el inicio y los primeros veinte kilómetros van a más. Si bien las afueras del pueblo no son gran cosa, poco a poco nos iremos metiendo en el lío y con ello terminaremos haciendo un par de sendas espectaculares en bajada sabedores que perdemos desnivel a raudales, pero eso no es problema.
Llegados al kilómetro 20 comienzan las subidas en dirección el Barraco junto a la carretera en un serpentear de sendas y túneles que nos harán ir quemando piernas. Llegamos al pueblo y hasta el depósito subiremos por asfaltada y allí tenemos fuentecilla.
Luego, más de subida con algunas zonas de descanso y finalmente, subidón hasta algo más de 1.500 metros y vistas espectaculares de los alrededores y el embalse del Burguillo.
Ahora toca premio y es una bajada de impresión en la que deberemos apretar los puños y dientes y tener cuidado con las zonas de regueros y tierra suelta. En mi caso, sin problemas pues pude hacer la ruta con mi bici de catorce kilos que si bien se hacía de rogar para subir, en las bajadas era una mezcla de tanque y formula 1, que bien baja la condenada de la Giant...
La zona, cuando se han tenido lluvias se observa que está plagada de pequeños cursos de agua más algunas fuentes. En mi caso que se hizo en septiembre estaba todo seco salvo alguna fuentecilla tras pasar el pueblo en la subida final.
Muy recomendable.