Lo bueno que tiene Albacete es que esconde grandes rutas y como quiera que media vida me queda por vivir y por recorrer caminos y senderos, esta mañana ha sido una mañana de esas de las que terminas y tienes la sensación de haber pasado una gran mañana de bicicleta.
Con Ronal y Nacho, donde haga falta y por donde sea, pedaleando, hablando, riendo, haciendo tonterías, comiendo y tomando buenas cervezas.
Creo que nunca me cansaré de salir en bicicleta... hasta que el cuerpo aguante.
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