Lo que si debes tener en cuenta es la lluvia pues cuando llueve, el terreno se vuelve esponjoso y el barro es muy pegadizo además con piedrecilla que finalmente termina por llenar las ruedas y elementos mecánicos de manera que tus cambios y cadenas pueden pasar sus peores momentos. Hoy podía haber sido el caso pero no ha sido.
La ruta es una excusa para conocer los interminables sabinares y ramblas ciclables que camino del Ballestero podemos encontrar. Lugares por donde nadie pasa y sabinas repletas de años e historia.
Vistas del Almenara y de vez en cuando, llanuras repletas de encinas y caminos que por doquier podemos encontrar.
Finalmente, la llegada a los Chospes por el Vinculo termina por dejarnos un impresionante sabor de boca.
Después, la vía verde con sus túneles y el final en el bar la Miel con esos bocadillos tan bien hechos y esa cerveza fresca para terminar una gran jornada de bicicleta.
No dejar de recordar que también tenemos el Vado, un kilómetro antes del Jardín donde poder tomar un gran café madrugador y donde los almuerzos también son dignos de hacerse y disfrutarse.