Te levantas una mañana de domingo y coges tu bicicleta, quedas con dos amigos y pedaleas, subes y bajas montes y cuando llevas 60 kilómetros paras en un restaurante a comerte un buen bocadillo. Hablas de personas y cosas y te tratan como si una personalidad fueses y además a precio popular, gracias al regente del restaurante MADRIGAL de Bonete.
Te levantas de la mesa y vuelves a subir a la bicicleta y con tus dos amigos sigues pedaleando para buscar el camino de vuelta, donde subes y bajas cuestas y pasas por un par de pueblos.
Un poquito antes de llegar a Albacete, llenas los bidones de agua y te unes con más gente y todos juntos volvemos "volando" pero guardándonos para el jueves, donde echaremos mano de nuestras reservas humanos y sobrehumanas.
Hemos visto verdes campos, conejos, lagunas y hemos conocido gente, un barco tremendo en una finca y un par de nuevos caminos.
Cuando terminamos la ruta estamos con buenas sensaciones y con algo más de 120 kilómetros en las piernas, sabiendo que ha sido otra gran mañana de bicicleta en la que hemos podido hacer lo que hemos querido, que bastante es.
La bicicleta es un deporte y una manera de vivir en la que gracias a Dios, todavía tenemos cierta libertad durante el tiempo que pedaleamos. Por eso, vamos donde queremos mientras podemos y como queremos según las condiciones de cada uno.
La ruta propuesta no es más que una excusa para ir a Bonete, almorzar en el restaurante Madrigal con buena cocina, bocadillos y precio, hablar un ratejo y volver tranquilamente hasta Albacete. Eso sí, hacerla teniendo en cuenta que el viento nos de "de culo" a nuestra vuelta.
Durante la ida, haremos el trayecto hasta Bonete por una Vereda Real que nos hará muy entretenida la primera parte de la ruta. Salir de Albacete es lo de siempre, pero como la ruta es de kilometraje, apuraremos por la parte del parador junto a la autovía. En el recorrido de la Vereda, disfrutaremos de las vistas de lagunas de Pétrola y Corral Rubio que tras las ultimas lluvias nos han dejado un bonito paisaje.
Tras el almuerzo, tramo de enlace con la segunda parte del recorrido por una larga pista de tierra.
En la vuelta, haremos bastantes kilómetros en asfalto, por carretera estrecha y tranquila donde no pasa más quienes sean del lugar. Así lo haremos por Higueruela y Hoya Gonzalo.
Al pasar Hoya Gonzalo, tomaremos un tramo de caminos que coincide con la Vía de Santiago del Sureste donde en época primaveral como ahora, tendremos los campos verdes, con buen tiempo y con "caminantes" de vez en cuando que nos harán más llevadero el camino.
Antes de Chinchilla, bajamos a la vía de servicio para llegar por buen firme hasta el pueblo y llenaremos nuestros bidones para afrontar una vuelta que le daremos un rodeo por la cantera y su senda para entrar por la zona del Polígono y llegada junto a la vía del tren. Lo bueno que tiene la vuelta es que lo haremos como en el día de hoy, encontrando otros ciclistas junto a los que llegaremos a buen ritmo hasta el final de nuestra ruta.
