Comparte la idea con dos de sus conocidos/compañeros/amigos que de modo casi instantáneo aceptan el reto. Uno es el hombre de acero de las Peñas de San Pedro, el otro es el hombre de Ojalá Ta, el señor Alejan Dromedario de Albacete ciudad, ese lugar tan conocido en el mundo entero.
Asi es que tras el confinamiento, mucho trabajo gracias a Dios, descansar poco y no entrenar nada ellos dos, en mi caso me salvo, nos aventuramos a recorrer 140 kilómetros por carreteras y caminos desconocidos que disfrutar y posiblemente sufrir.
Preparamos bicicletas que en sus casos consisten en una eléctrica aligerada, una rígida gravelizada y en mi caso, una gravel casi nueva. De vestimenta poco que decir pues más parecemos el ejército de Pancho Villa que un grupo en condiciones, de esos que como soldadesca visten al unísono y marchan con bicicletas parejas.
Y pasaremos por algo más de una docena de pueblos y encontraremos rincones que disfrutar. Del mismo modo, haremos carretera, carreterillas, caminos y caminejos, pero una ruta con espíritu gravel al fin y al cabo.
Degustaremos como almuerzo un melón de venta ambulante cortado con navaja albaceteña. Como final de ruta y tras llegar a la catedral de Cuenca, acudiremos a un buen restaurante de Cuenca donde daremos cuenta de cordero manchego, chuletones y vinos de renombre. Tras postres increibles terminaremos con chupitos de Resoli para celebrar tan gran día de bicicleta y amistad.
Y la vuelta al inicio será gracias al señor suegro de Don Ángel que con un buen amigo nos esperarán a la salida del afamado restaurante, montaremos nuestras bicicletas y volveremos como señores, que es lo que somos.
SIN LUGAR A DUDAS, HOY HA SIDO UN GRAN DÍA DE BICICLETA.
PD. Grande el amigo Ángel que ha triunfado en su estreno en rutas de este tipo, al estilo 50km. Ahora a esperar la siguiente que no sabemos ni cuando ni donde será, pero a bien seguro será.
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