domingo, 25 de marzo de 2018

E BOGARRA CON EL PICAYO, POTOCO Y EL PADRASTRO. ESPECIAL ELÉCTRICA

Una ruta más por Bogarra y sus alrededores... Hace ya más o menos 28 años de la primera vez que allí acudía con mi bicicleta de montaña. Antes lo haría en acampadas con amigos o campamentos con niños de los que guardo numerosas anécdotas, pero eso es harina de otro costal.
Pues tal y como decía el que suscribe (camino de abuelo Cebolleta voy), hace veintiocho años acudí a Bogarra con la bicicleta por primera vez en una excursión de fin de semana que haría con mi bicicleta de montaña, saco de dormir y tienda de campaña, hornillo y comida. La salida sería desde Albacete un viernes y llegada en el Batán para poner la tienda de campaña y hacer noche. Al día siguiente tocaría subir al Padrastro y pasar el día por la zona, volviendo al tercer día a Albacete nuevamente por la carretera con todo mi equipaje. Esta ruta serviría para ir preparando otras tantas que posteriormente llegarían.
Meses después y dentro de la preparación de la ruta Albacete-Tarifa, con el coche de mi padre y las bicicletas cargadas en el techo, acudiría para subir y bajar el Padrastro. Esta sería la primera ocasión en la que me desplazaría con un coche cargado de bicicletas para hacer una ruta sin salir desde Albacete.
A ello seguirían años, lustros, décadas y al menos, una vez al año he ido a Bogarra a subir el Padrastro, esa enigmática montaña desde donde piensas que puedes verlo todo y más cuando eres joven y no sabes lo que a lo lejos puedes vislumbrar. Qué curioso, ahora que subo y veo el horizonte cargado de montañas y valles puedo decir y presumir con humildad que todo lo que que alcanza mi vista ha sido recorrido con la bicicleta, pedalada tras pedalada.
Ahora ha tocado volver nuevamente y con el amigo Fran, ambos montados a lomos de nuestras eléctricas. Como bien merece la ocasión, ha sido para subir al Picayo pero por su senda, la que normalmente se hace cuesta abajo y ha sido.... una sensación única en la que a pesar de haber llovido y estar todo muy mojado, además de restos de nieve, hemos podido hacerla casi en su totalidad subidos y además disfrutando. Es lo que tienen estas bicicletas con las que en ocasiones se disfruta mucho más subiendo que bajando.
Después, bajamos en pista y otra senda cuesta arriba al lateral del Padrastro para tomar la senda que nos lleva a la senda de las esculturas. Si bien ya veníamos haciéndola sin problemas, en esta ocasión y con las bicicletas hemos disfrutado como auténticos enanos.
La senda de las esculturas cada día más bonita pero tras unas pedaladas tenemos a Potoco para hacerla en sentido contrario, cuesta arriba y nuevamente a disfrutar en otra subida llena de dificultades de inicio a fin. Hemos tenido que descabalgar en un par de ocasiones por lo mojado y resbaladizo del terreno pero ha sido algo tremendo el poder hacerlo y disfrutar, ¿quién lo diría?
Luego, al tomar la senda, se sube al Padrasto como está mandado, como dicen los cánones y tras hacer cima nevada y fotografías gracias a un "runner" que allí estaba disfrutando de haber subido, bajada a todo trapo y senda técnica para enganchar con otra disfrutona y llegar a la pista.
A la altura de los Batanes tomamos una paralela a Potoco que hace años recorrí andando y que ahora está fenomenal. En su final engancha con Potoco y ahora, cuesta abajo.
Llegados nuevamente al río, subida por las calles del pueblo y final de ruta.
Algo bueno, muy bueno, pero recomendable en lo que se refiere a subir Potoco y el Picayo con la eléctrica, el resto se puede hacer con tranquilidad con la analógica.
Paisajes de excepción y naturaleza única, Bogarra es un rincón de nuestra sierra donde poder disfrutar de un gran deporte que es la bicicleta de montaña en buena compañía.
Al terminar, a casa, que el día continúa.










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