Una ruta dura, durísima, posiblemente dulcificada con la ayuda de la TL, esa bicicleta que te hace sentirte más fuerte, más poderoso y... más cansado. Porque resulta que con la batería puedes subir lo que nunca pudiste imaginar, incluso lo que podías lo haces más fácil, pero claro, lo haces más rápido y buscas más kilómetros y desnivel y ¿Qué te encuentras?, pues que vuelves a las mismas de antes y al finalizar la ruta tienes un cansancio que no es normal, aunque es el de costumbre.
Eso sí, la recompensa que puedes encontrar al rodar por este impresionante y único paraje, por sus senderos, sus pinos, los altos y las vistas de sus pueblos, macizos rocosos es algo tremendo.
Disfrutar de las sendas arriba, de las sendas abajo, de las trialeras, de LA SALVAJE, ese pedazo de senda que siempre te reta y que cuanto más te conoce, más confianza te presta, sabedora que en cualquier momento puede llevarse la integridad de tus huesos, chapa y pintura. Hoy la hemos domesticado, y no ha sido tan SALVAJE.
Y terminar como no, en el JARRO DE ORO con ese pedazo de menú, comida casera, ensalada, habas del terreno y un buen café a precios módicos es de un valor incalculable.
Llegas a casa con un sabor de boca, esperando la siguiente oportunidad de volver a SIERRA ESPUÑA, pues no defrauda.
Eso sí, si no es la mejor ruta que hemos hecho en la zona, posiblemente sea de las mejores.
HOY HA SIDO UN GRANDÍSIMO DÍA DE BICICLETA.
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