Salimos de Benidorm, desde la playa como está mandado, amaneciendo y eso no tiene precio con su isla al fondo rodeada de tonos azules anaranjados.
Subimos al Coll del Pouet como marcan los cánones, por las sendas empinadas camino del rampón final que pudimos terminar por primera en tantas veces que lo hemos intentado, con sacrificio y esfuerzo, pero con la alegría de llegar hasta lo más alto sin descabalgar.
Tomamos el sendero que nos sube en continuo ascenso a lo más alto donde se puede divisar los mejores paisajes de la costa y del collado de la gran montaña de Benidorm.
Sufrimos en el pateo, pero la recompensa era grande y esto nos animaba en la escalada con la bicicleta a lomos. No por ello perdimos la ilusión y el cachondeo.
Desde lo más alto, disfrute total con estampas únicas e impresionantes de un mar con doble horizonte gracias a un día nublado.
Ya podíamos adivinar a lo lejo la antena final que nos esperaba con chulesca indiferencia en lo más alto de la neblina.
Cara a cara se enfrentaban en lo alto de las montañas los amigos Nacho y Fran, dispuestos a afrontar la impresionante senda llena de escalones y revirajes camino de Casa de Dios.
En Casa de Dios nos esperaba un balcón con el que poder disfrutar de otro combinado de sendas donde algún susto nos llevaríamos, pero no comparable con el disfrute de hacer y apretar senda tras otra. Menuda pasada de tramos.
Terminamos como autenticos señores a la orilla del Algar, tras Polop y la Nucia, disfrutando del ligero llaneo camino del Mar, pocas rutas encontraremos los manchegos como esta.
Subimos a lo Alto de Altea, discurrimos por las playas del Albir y luego subimos para ir abriendo boca el faro de Sierra Helada. Grandes vistas nos esperaban.
Mirala, allí seguía esperándonos tras muchas horas subiendo y bajando, con las piernas cansadas. No éramos conscientes de lo que nos esperaba.
Y pudimos llegar hasta arriba, nuevamente y sin bajar de la bicicleta. Lo que son las cosas, hacía trece años que no subía y nunca pude hacerlo como en este día. Que bueno poder llegar hasta donde uno quiere y puede.
Las vistas eran impresionantes, no tanto como la bajada donde templamos nuestros frenos y en mi caso pude hasta rajar mi disco delantero. Menos mal que nos dimos cuenta antes de tiempo, cuando comenzaban a sentir fatiga, desniveles de 29% y las ganas de bajar rápido.
Grandes estampas las de Altea y la costa, difíciles de olvidar.
Y tras el final de ruta nos esperaba nuestra querida isla donde junto a la brisa del mar comimos una gran paella de las que hacen historia, grande la ruta y grandes los compañeros en un gran día de bicicleta.
Evolución de la ruta http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4504827 .
Le añade 14 kilometros en Serra Gelada, entre el Albir y Benidorm. En
estos 15 kilómetros nos encontraremos con un par de cositas; para abrir
boca la placentera ida y vuelta al Faro con grandes vistas del mar y de
la costa y para terminar la ruta, el subidón a la antena de la Sierra
con 400 metros de desnivel en unos pocos kilómetros con desniveles del
29%.
Finalmente se suma el paseo por las playas de Benidorm y Mirador con
fotografías y tranquilidad.
Por el resto, la descripción de la ruta es la misma, advirtiendo que la
subida final al Pouet está de vicio estos días pues han pasado algún
tipo de rulo y tan sólo tendremos el problema de no tener fuerzas, pero
no ha sido el caso y ha sido el primer día que me he plantado en lo más
alto sin echar pié en tierra. Lo de la antena, sin nombre, pues hacían
14 años que no subía y nunca pude hacerlo del tirón. Ahorá y con 14 años
más no he tenido problema en la subida, cosa que en la bajada y por la
velocidad que hemos tomado, los cuatro HEMOS QUEMADO los frenos; discos y
pastillas.
Por el resto, la cosa sigue igual:
Unos primeros kilómetros por asfalto, subiendo poco a poco y luego, de
repente, varios kilómetros más por sendas en mitad del monte con el Puig
Campana al fondo, esperándote.
La subida final al Coll de Pouet como de
costumbre, casi imposible donde la fuerza y tracción deben estar de la
mano para no descabalgar, pues como lo hagas bien sabes que toca un buen
pateo.
La llegada al Coll y una senda fácil y con inclinación más luego
se convierte en difícil por la piedra y tramo de
“bicitreking-escaladabike” para subir a lo más alto y disfrutar de las
impresionantes vistas del mar y la montaña.
A continuación, una de las mejores sendas con un paisaje de excepción
camino del mar, tendremos escalones, curvas cerradas y algo de peligro
para terminar en Casa Dios.
Después, algo de tranquilidad y camino
cementado en bajada y tras un par de kilómetros, combinación de sendas
con roca, reviradas y escalones donde forzaremos nuestra técnica y
respeto a posibles caídas.
Al finalizar este tramo, camineo por parecelas y urbanizaciones entre
nisperos, como no. Pasamos unos cuantos kilómetros de asfalto por el
pueblo de Polop y llegados a la Nucia, ración de sendas de sus marchas y
a disfrutar de lo lindo.
Terminadas las sendas, bajamos por camino a
encontrarnos con el río Algar que viene pleno de limpias aguas y junto a
él llegaremos hasta el mar que está lleno de tonalidades azuladas con
el viento de Levante.
Ahora en plan turista recorremos las playas en dirección Altea y
llegados al pueblo haremos algo que siempre he querido hacer y es subir a
su antigua plaza y volver a bajar por su calle principal más algún
escalón.