Debemos tener buenas piernas para subir buenas cuestas de las que destaca la primera, la más larga camino de la Estación de Navacerrada con algunos tramos llenos de piedra que buscarán que hagamos un descanso, pero como uno es un cabezón, pues sigue que te sigue.
Luego, saliendo por el camino Smitd nos desviamos a la izquierda que tenemos que subir hasta el Prado de los Siete Picos con unas alucinantes vistas de las montañas que nos rodean.
Ahora viene lo complicado con una senda perdida en su inicio y con un poco de monte que nos hará hacer bicitreking en bajada en la zona de Matasalgado. Finalmente tendremos camino con buenas rocas y escalones donde apurar nuestra técnica camino del apeadero abandonado.
Buscamos más sendas para terminar en la zona del inicio del valle de Fuenfría y entonces, carretera de la República al canto camino de los Miradores de los poetas.
Una vez arriba, la senda Herreros, comoda con rampas en su final para tomar la tan temida Vejiga donde las rocas, piedras y escalones nos harán dudar de lo que sabemos y podemos con la bicicleta. En mi caso tuve que recurrir a la precaución y hacerla a pata hasta donde ya todo era ciclable.
La parte final de impresión, posiblemente lo mejor del día donde enlazamos un par de sendas en el río Pradillo para llegar cansados, destrozados pero contentos a nuestro final.
Eso sí, recomendable para gente muy preparada y expertos en descensos complicados puesto que si así no fuese, la cosa sería terrible.