Exprimiendo lo que me quedaba pendiente antes de la llegada de las cortas tardes invernales, esta puede que sea la penúltima ruta con el coche y llegado el momento volveré al plan invernal saliendo desde la ciudad de Ávila.
Y claro, esta ruta engaña pues no es la clásica marcha donde se ofrece un trazado para todos los públicos, en este caso, todos los públicos que la realicen deben tener en su monedero un buen cargamento de fuerza y técnica pues en tramos puntuales se debe echar mano de casta y orgullo y pedalear en subida con un par o bajar con otro par más en algunos lugares.
Eso sí, ineludíblemente pararemos como en mi caso, pues la tarde cargada de nubes hacía el paisaje más atractivo y fueron cayendo fotografías por aquí y por allá pues la ocasión bien merecía sacar la cámara.
Agua tenemos a partir de la segunda mitad en tres fuentes y se agradece pues así no deberemos ir cargados y en el restaurante a la entrada del pueblo y lugar de salida, buen café previo y cerveza con tapa para el final.
Buena ruta... que digo, rutón.