Día de noviembre soleado con algo de nubes, fresco en la salida y algo caluroso en la llegada (posiblemente por aquello de comenzar y terminar), aunque todavía queden seguidores de los maillot de manga larga enfrentados a los amigos del "Guinestper" a diez grados de temperatura de lo que sale un microondas con pedales (doy fe de ello).
Con Cabezuelo de compañero de ruta y cerrando la terna Antonio, alias "El Gato", que decir de una ruta "rapida", sin demasiadas complicaciones, con algo más de asfalto de lo normal compensado por los pinos y la senda de Las Chorreras con vistas incluídas. Ratos eufóricos y otros no tanto, pero con referido grupo compactado, cualquiera llega donde se lo proponga (aún a cuesta de futuras agujetas, pinchazos, calambres y otras malas artes de cuerpos cansados, rencorosos y vengativos).
Curiosamente, nada más salir de Enguídanos estamos subiendo más o menos una decena de kilómetros que gracias al buen estado de la pista, pendiente moderada y paisajes que acompañan, le hacen de lo mejorcito.
La ruta, como todo, es según el día que tengas, la compañía y las fuerzas. Pero se recomienda hacerla a buen ritmo y con pocas paradas, salvo media hora en Enguídanos para el almuerzo, pues en caso contrario, la llegada a Campillo podría ser un suplicio por la falta de fuerzas y posible viento en contra.