Tiempo llevaba viendo las andanzas de Edu, alias el Chache por el Facebook y cada vez más rodeado por una parroquia de notable alcurnia, me decidí a solicitar acudir a una de sus rutas.
Tras varios intentos, finalmente fue posible acudir a la subida del Roble, lugar ya conocido y ruta ya recorrida, pero con el Chache parece que todo cambia y como si la primera vez fuese, se hizo la ruta.
Café previo antes de quedar en el Júcar y coche hasta el Pozuelo, asfalto y subida al Roble, lugar enigmático donde atisbar los inicios de nuestra sierra sierra y fotos por aquí y por allá, con una ilusión tremenda y con un ambiente de una gran peña.
Y es que, tal y como digo, Edu comanda y el resto le seguimos pues por presencia y carácter es un placer saber que todos los que pedaleamos tenemos que tener algo en común y posiblemente sean cosas buenas.
Al final de ruta, cerveza fresca y buenas tapas con las que comentar las mejores jugadas, esto, lo otro y la siguiente, la próxima ocasión que a bien seguro sea OTRA GRAN MAÑANA DE BICICLETA.
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