Hace ya unos cuantos años que pude llegar a Cuenca desde Albacete acompañado de Fran, Ronal y Fran para hacer una gran ruta que recogía gran parte de las mejores sendas de alrededor.
Posteriorme llegaríamos en otras ocasiones para hacer otras tantas rutas y versiones, más o menos radicales, e ir descubriendo nuevos lugares.
Y ayer, volvimos a realizar otra gran ruta en Cuenca que, gracias a Dios supera en sensaciones y sendas a la primera ocasión. No nos vamos a engañar, es más dura pero como se suele decir, es más agradecida.
Claro que en alguna ocasión deberás poner pie en tierra en alguna subida, pero si tienes un poco de vista puede que tomes algún camino alternativo para evitar tramos casi imposibles. Eso sí, las bajadas espectaculares, especiales, tremendas, increibles y siempre rodeados de naturaleza y grandes paisajes.
El final tremendo, pues aunque de sobra conocido, llegar a la ciudad por la senda que lleva al Parador y el puente es una grata sensación.
Tendremos agua por el camino con la que poder reponer.
Un gran recuerdo de una ruta junto a Epi de Dolores de Pachecho, Raul de Elche, Angel de Tarazona de la Mancha, Fran de las Peñas y Cabezuelo y el que suscribe de Albacete capital. Tremendo el pocker de ases que con ilusión, buen ambiente y sobrada técnica y fuerza recorrimos todo el trazado que sufriría alguna que otra modificación.
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