Hacía tiempo ya que no recorríamos estos lares y como las cosas con el tiempo se desean mucho más, con más ganas que nunca volvimos bien acompañados el otro día.
Con el compañero Robert, Ximo y Mercadona, Fran y el que suscribe, tras el confinamiento y la apertura de fronteras, con las debidas medidas a adoptar quedamos en el habitual lugar de salida junto a la iglesia.
Un café en el Chaplin y a pedalear con una buena subida con buenos rampones hasta la base de la cima del Benicadell, primero camino, luego caminillo y finalmente senda con algún tramo de bicitreking.
Las vistas impresionantes y alucinantes y con buena gente y buen ritmo se sube hasta arriba para comenzar la bajada de la primera senda del día que será la más técnica y complicada, no por ello menos bonita según gustos. A mi, estas me encantan y por ello tendría tiempo para hacer fotos a mis compañeros de ruta.
Luego un poco de camino y la segunda senda del día, rápida y entretenida, un poco de enlace cuesta arriba en camino y la tercera senda, una pizca de camino y la cuarta senda que tiene de todo hasta la ermita de Rafor de Salem.
Almuerzo en el raco de Vicent y a remontar primero por asfalto y luego por camino y finalmente por una senda revirada y cicatera.
En la parte de arriba senda de transición con vistas espectaculares y camino para llegar a la penúltima senda del día del mirador, rápida y empedrada.
Otro poco más de subida y final con una senda corta y rápida.
Posiblemente la aplicación le haya sumado unos trescientos metros más de desnivel pero la dureza de la ruta es tan espectacular como las vistas de las que se disfrutan.
Sin lugar a dudas, una buena manera de conocer a grandes amigos y compañeros en OTRA GRAN MAÑANA DE BICICLETA.
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