El resultado fue otro gran día de bicicleta, pues se volvió a pedalear con gente extrañamente conocida demostrando nuevamente que la ilusión y las ganas de vivir y descubrir nos hacen ser más grandes y mejores personas.
Descubrimos y redescubrimos sendas y caminos, trialeras y experiencias de manera que el recorrido no fue una excusa más para pedalear en mitad de la naturaleza.
El día no pudo terminar mejor, con amigos y familias alrededor de mesas, manteles y bebidas que acompañaban todo tipo de carnes al centro de la mesa y tomates de acompañamiento, melón de postre y café para la digestión.
Podemos pregunarnos a estas alturas que supone la bicicleta... ¿Un medio o un fin?
Ruta reducida de otra mayor para disfrutar de la sierra y no sufrir más de la cuenta. Ideal para los que no conocen las sendas del Griego y de Royo Odrea.
Partimos de Ayna con una subida tremenda nada más salir por un camino empedrado y con escalones camino del Mirador junto a la carretera.
Un poco de asfalto y tomamos el camino que nos lleva a la Fuente de la Parra pero no bajaremos, tomaremos un desvío a a derecha para buscar por caminos abandonados del monte la senda del Griego.
Terminada la senda, seguimos recto en dirección Royo Odrea y cuando vamos derechos a la aldea, tomamos un desvío a la derecha que nos recuerda que no existen descansos ni llanos. Una vez arriba, buscaremos el camino de Potiche y Vizcainos donde iremos a todo trapo incluso por pista alfaltada. El final, donde se unen el río Madera y Mundo, impresionantes.
Luego iremos junto al valle para luego tomar la subida que nos conduce a la senda de Royo Odrea y que últimanente está algo peor.
Finalmente y por la ribera del río Mundo, llegaremos hasta Ayna donde subiremos al pueblo por cuestas de órdago, cortas pero intensas donde poder terminar un gran día de bicicleta.