Afortunado me siento por tener la gran familia que en casa queda y encuentro tras cada ruta que hago, pues sin ellos nada sería igual. Los amigos con los que recorro lugares soñados son sin dudarlo, los mejores que se pueden tener y los que no pueden acompañarnos, tan grandes o más si cabe.
Nuestras bicicletas son modestas y de ellas presumimos lo suficiente para estar orgullosos de terminar nuestras rutas, que bastante hacen las pobres.
Las cervezas y viandas son pocas en ruta, pero cuando un buen trozo de panceta o una fresca cerveza tenemos oportunidad de poder degustar, lo hacemos como si la primera fuese.
Cada ruta es algo nuevo y guardamos la ilusión del primer día.
La vida pasa con lo bueno y malo y nosotros seguimos pedaleando hasta que podamos, esperemos que sea por mucho tiempo.
Va por todos los que son amigos, simpatizantes y seguidores de 50km, una manera de vivir y entender la bicicleta y la vida.
Un saludo amigos.
La ruta se hace con el objetivo de buscar dos lugares para el que no los
conozca y de paso, disfrutar de los paisajes de Bogarra y del
Padrastro, omnipresente a lo largo de todo el recorrido que lo rodea.
La salida es tranquila, subiendo por las calles de Bogarra en dirección a
la carretera de Paterna donde tomaremos unos kilómetros de asfalto en
bajada y llaneo.
Tras el descanso comienza el cachondeo y lo haremos con el subidón de
las Mohedas que nos llevará a lo más alto tras varios kilómetros con
bastante desnivel, llegando a disfrutar de paisajes y buenos horizontes.
La bajada será entretenida, cuidado con la tierra suelta y lo haremos
hasta las inmediaciones de las Yeguarizas para luego buscar el tramo
asfaltado, rápido y sin curvas a la Vegallera.
Giramos a la izquierda y por asfalto buscamos el camino que nos enseña
la parte de atrás del Padrastro, seca y con poco arbol que poco a poco
se irá transformando en rincones húmedos con un par de fuentes donde
poder reponer agua y hacer un descanso.
Tras el descanso, bajada entretenida y curiosa por las inmediaciones de
la Cabezallera, su aldea perdida y caminos casi inexistentes para llegar
al Collado Lucia y su complidada e imposible senda que nos llevará en
bicitreking hasta el limpio e impresionante río que abajo nos espera.
Tras cruzarlo y descansar en tan bucólico lugar, tremenda subida hasta
la falda del Padrastro y con algo de bajada comenzaremos la "pujada"
hasta lo alto del Picayo. Las vistas son de disfrute, más aún la gran
senda que nos ayudará a bajar gran desnivel y con su estrechez y
recovecos nos dejará con algún tramillo imposible casi en el pueblo.
El final por las calles de Bogarra... de libro. Pues tendremos que
juntar riñones con tripas y subir por empinadas cuestas de las que el
que os cuenta presume de haberlas hecho del tirón pues estas cosas me
encantan.
Espero que os guste y si veis que os quedais cortos, siempre tendreis la
posibilidad de subir y bajar al Padrastro, pero eso será para gente con
sobradas fuerzas y tiempo.