Lástima no poder culminar en Maese Pedro con los Roblebike y el Club de Balazote, pero las prisas siempre son malas compañeras más en mi caso ineludibles.
En lo que se refiere a los "partenaires", Jesús algo cansado pero haciendose a medida que avanzabamos y con un par de hachazos de esos que sólo le perdona algún familiar suyo, pues me ha "abrasadado", primero en subida imposible sin poner pié en tierra y con escalada de roca a mitad de "puchada" y segundo, con un interior en bajada trialera donde el ruido de sus frenos lo tenía en mi cabeza cual moscón incesante.
Eladio, resurgiendo con poderío de sus cenizas y demostrando que lo de Ayna es cosa de seres humanos, eso sí, en bajadas ya nos tiene a tiro.