Los últimos kilometros de la ruta tenían un par de sendas y subidas, pero tras una coca cola en la plaza de Aguas de Bussot comprada en un supermercado de gente amable con ciclistas sufridos, los 75 céntimos de la fresca bebida han servido para que me decante a terminar la ruta en una "tranquila" bajada en dirección al punto de partida con visita incluída a Bicicletas Ochoa para quedar el domingo en la salida.
Eso sí, la bajada asfaltada no ha sido tranquila, ver a lo lejos a un ciclista de carretera "asequible", unos carromatos que el otro día pude ver bajando Tudons y que ahora por aquí estaban, y una furgoneta que me ha prestado a llevarme en volandas en bajada, han hecho que ni me entere de los últimos kilómetros, de ello daré cumplida cuenta con los correspondientes vídeos que no estarán nada mal.