Tercera vez en la que voy desde el Campello hasta Benidorm, lo que ocurre es que esta vez lo he planteado más por el interior y buscando zonas nuevas más otras ya conocidas en una mezcla que resultaría explosiva, apasionante, sorprendente y agotadora y eso que iba con la eléctrica (eso sería lo que me salvaría del desastre).
Y es por ello que me dispondría a salir como de costumbre con un buen café con leche y una napolitana con chocolate que me haría olvidar el hambre a lo largo de la jornada, bueno, eso más otras tantas cosas que sucederían.
Salida tranquila por carretera y cogiendo desnivel hasta buscar el barranco que lleva a los depósitos de agua. Luego allí arriba caminos hasta Aguas de Bussot.
Damos una vuelta al pueblo y tras ello por la carreterilla del Cantal y llegados a la senda, subidita hasta lo alto para buscar esa sendasca que "crestea" como diría el gran primo Paco hasta llegar al embalse de Amadoiro en esa gran bajada que no te deja indiferente, ni a mi ni a mi rueda delantera que allí rompería dos radios. De esta manera y renqueando de aquí para allá, la rueda terminaría la ruta como lo que es, una campeona.
De Amadoio más sendas hasta la carretera a Sella. Cruzada la carretera más sendas camino de Finestrat pero allí me cruzaría con un campo de golf en construcción y en funcionamiento y sin problemas podría salir por uno de sus accesos hasta la carretera que sube a Finestrat. Dejo detalle de ello en el track puesto creo que dentro de poco este tramo estará cerrado al tráfico.
Llegados a la senda del Chamo, hacia arriba, primero por sus toboganes con empuje y brío y luego por la senda, poco a poco.
Terminada la senda del Chamo buscamos la Superenduro para concluir Sierra Cortina a su espalda pero con un pequeño error de unos cincuenta metros que con el terreno mojado haría un poco complicado volver al trazado, pero como de costumbre, nada imposible.
Senda Superenduro, enlace a los dos túneles de Terra Mítica, asfalto a las playas de Benidorm pobladas por la tercera y la cuarta edad con acentos extraños de otros países y poco producto nacional. Mirador, fotos de la isla de los Periodistas y como la cosa pintaba bien, más sendas hasta Villajoyosa junto al mar.
Terminada la ruta con la batería agonizando un poquito pero no mucho, estación de Villajoyosa para tomar el TRAM y volver al Campello.
Llamada a Ochoa Bikes y con posibilidad de arreglo, dejo allí la bicicleta para volver a recogerla por la tarde ya reparada y bien reparada a buen precio y profesionalidad, José y los suyos nunca fallan. Recuerdos al gran Miguel que se ha vuelto andarín y al que se le echa de menos en esas grandes rutas que lo eran por su presencia.
A pata y corriendo con zapatillas con calas, cloc, cloc, hacían, un par de kilómetros de running dicen ahora, hasta el apartamento.
Ruta muy buena, rutón, rutasca para poder presumir como dicen los amigos que digo, de OTRO GRAN DÍA DE BICICLETA.
A descansar que mañana más y mejor.
