Nada menos que en Robledo, donde no cabía más niebla, en un bar y con un carajillo al que nunca le pusieron el wisky, a las 8,15 horas se estableció una confrontación antológica entre dos supersabios, nuestro amigo Cabezuelo, que donde va hace amigos, y un pescatero que no se callaba bajo el mar. La prueba consistía en un examen de conocimientos a ver quien sabía de la vida y milagros de ciclistas de Albacete y donde se encuentran lugares como La Culebra y otros similares. Cabezuelo salió perdiendo pues el pescatero cotilla lo sabía todo.
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