El tramo que estaba claro por otros usuarios era el de Aldeavieja a Villacastín por la ermita y como no había problema he comenzado por la otra mitad, la que desconocía y... claro, ahí estaba la cuestión y meollo de la ruta.
El viento daba fuerte y como me olía que en la segunda mitad volvería en refugio por un vallejo y luego tras montañas me he dejado llevar en la primera parte de la ruta. Seis kilómetros de esos de ensueño que todos pensamos de vez en cuando, pisteando en bajada y con el aire empujando, una media de treinta y cuatro kilómetros por hora y apretando dientes en bajada pues más que bicicleta parecía que llevaba una tabla de surf.
Luego entre montes un buen tramo tras Maello por un cauce y su senda denominada Milano, un poco de encinar y Villacastín. Ganas tenía de pedalear por este pueblo que siempre paso a cuarenta y su semáforo de treinta. Mucho, mucho más grande de lo que parecía con una impresionante iglesia que sumar a la de Aldeavieja y la ermita a medio camino más alguna que sumar y que desconozco pues sentido tiene que tener.
La vuelta por un camino que en tiempos tuvo que ser grande pues algún tramo guarda de un pasado bien empedrado y para terminar, café con leche y a seguir con la tarde que es larga y da para más.
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