Allí viven Antonio, Lucas, Jesús y otros tantos de la peña Zig Zag que conoceríamos, esas panaderías con sus croissants, napolitanas calentitas y el café con leche antes de la ruta...
Y ahora con la vena endurera vamos más lejos, domesticando animales salvajes en forma de maquinarias rodadas, apurando en las curvas, en las bajadas, en pasos complicados...
Fran.... esto es bicicleta de montaña en estado puro.
En esta ocasión ocurre que es Navidad y poco tiempo tenemos para hacer la ruta a lo que se suman estómagos repletos de comidas y cenas con altas posibilidades de pelechar y claro, se tenía que recortar y suavizar en su parte final, por eso ha quedado una ruta que no por ello deja de ser cicatera y si no, luego hablamos de ello.
Y a todo ello se suma que llevamos las dobles en condiciones y a la espera de lanzarnos por esas sendascas que por estos lares tienen y claro, el disfrute mucho mayor si cabe.
Comienza la crónica...
Hacía tiempo que no lo pasaba así de bien y muchas cosas han tenido que pasar para que con este recorrido tenga una nueva oportunidad de revivir mis mejores sensaciones en bicicleta.
Antes de salir, aparcas el coche junto a la plaza de toros y como está mandado, a primera hora de la mañana o la última de la noche, según se mire, le pides a la chica un café con leche en vaso y una napolitana recién hecha o como en mi caso, con buen relleno de chocolate. Con este desayuno comienza un buen día.
Ahora tomas la bicicleta y buscas el río Segura y tras cruzarlo comienza la jornada con la mítica senda del Zig-Zag en cuesta hasta lo más alto en la ermita. No termina la cosa ahí, debiendo hacer la subida contínua salvo un tramo de senda opcional o camino. La senda es cicatera solo para valientes y técnicos, el resto, seguir por camino.
Seguimos pedaleando cuesta arriba y lo haremos con tranquilidad para que, una vez en lo más alto y con buenas vistas, hagamos una kilometrada de bajada en pista, rápida pero con piedrecilla suelta con la que sentidos y manillar deben ir en perfecta armonia.
Ahora, zona de transición camino de la gran subida del día en pista y final en senda que hará nuestras delicias. El toque final será con una retorcida senda, toda ciclable hasta lo más alto.
Comenzamos a bajar, primero con tranquilidad y luego en una zona llana... llana... tomamos una gran senda larga que tendrá de todo hasta enlazar con otra senda que nos subirá a pie de Almeces.
Luego un poco de bajada en pista y senda de la Madera para ir enlazando tramos y tramos de senda hasta llegar a Cieza.Cuidado con las piedras del final de la senda de la Rambla del tío Benito.
Un festival de bicicleta, sendas, montaña, paisajes, naturaleza y aire puro que llenará nuestros pulmones, retinas y aspiraciones por mucho, mucho tiempo.
Agradecer nuevamente a Jesús y Jaslucas por su ayuda que bien saben resulta necesaria a los que nos desplazamos en coche buscando nuevos lugares y sensaciones necesitando de la ayuda de lugareños y expertos.
¡Que lugar tan bueno para la bicicleta, pero que grande es la gente de Cieza y Abarán¡
Un gran día de bicicleta sin dudarlo y por cierto, llevar agua que hasta llegar a los últimos kilómetros no teneis donde reponer.
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