Esto no es una ruta, es un rutón de los buenos y lo digo porque lo he tenido en la cabeza mucho tiempo dando vueltas y más vueltas con varios condicionantes; en primer lugar se tenía que hacer con la doble y eso significaba pedalear más lentamente pero llegados los tramos de ramblas y sendas, hacerlos sin bajar de la bicicleta de manera que se disfrutasen todo lo posible... como ha sido.
Además, la ruta se tenía que hacer en una mañana y eso de hacer estos 100 kilómetros llegando a comer a casa tiene tela... y marinera, y si no, quien se atreve a aventurarse que me lo cuente.
Porque tenemos pistas de tierra en muy buen estado para rodar y buscar las sendas o enlazar zonas. También haremos asfalto y eso es necesario puesto que lo encontraremos para tomar la senda que nos lleva a Jorquera más la salida de Villavaliente durante unos kilómetros... y a pesar de todo no nos vendrá nada mal.
Luego buscaremos sendas ya conocidas y utilizadas en las carreras de Valdeganga, Madrigueras y Mahora. Sendas totalmente alucinantes puesto que en subida y en bajada son una auténtica delicia.
A continuación tendremos dos ramblas, una primera en la zona de Puente Torres en la que deberemos apurar nuestra técnica y bicicleta para afrontar todo tipo de tramos en los que poder disfrutar pedaleando, evitando bajarnos de la bicicleta, cosa que será tan solo una vez de modo puntual.
Y la rambla reina que será la que encontraremos tras la subida de la calzada romana a la salida de Jorquera y que serán muchos kilómetros camino de Villavaliente. Una auténtica gozada.
El tramo final será junto a nuestro río Júcar, con sendas y pistas en la ribera con las que poder descansar tras el acumulado de kilómetros y desnivel, siendo un verdadero regalo.
El café mañanero en los Murcias, el almuerzo en el Ruti y la cerveza con limón en la jarra helada en los Murcias.
Agua en Jorquera, en Bolinches, en Villavaliente y subiendo la cuesta de Valdeganga, la más fresca y buena.
Los paisajes, los mejores que nos puede ofrecer nuestro río Júcar y los vallejos y cañones de antiguos afluentes que lo jalonan.
La época del año recomendable sería en primavera o en otoño pero hoy se ha realizado con una mañana fresca de más pero con un final a treinta y pocos grados que hacían el final mucho más duro, casi camino de la épica.
Se recomienda hacerla con cierta alegría pues en caso contrario bien puedo asegurar que más de uno puede terminar recortando la ruta y tal como está pienso que es lo más adecuado.
En fin, otro gran día de bicicleta.
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