En ocasiones, las mejores cosas de la vida vienen sin esperarlas y cuando te las encuentras sabes que tienes que saborearlas, pues tanto el gusto como el placer son pasajeros.
Así es esta ruta que pude hacer en Cuenca con tiempo tasado, una ruta que sobre el plano no era esta pero que conforme avanzaba le iba dando forma.
Salvo tres sendas arriba y unos cuantos tramos, toda es ciclable con fuerza y técnica, pero es que esas sendas como tengas que patearlas se te va todo el día pues son largas y complicadas, por este motivo, el presente trazado es mejor con la eléctrica.
Y como tenía poco tiempo, entre eso y la dureza de las rampas, el modo Eco hizo poco acto de presencia, tirando casi todo el tiempo del Turbo. En esas condiciones, la batería se esfuma como si los electrones se los llevase el aire.
Vistas espectaculares, paisajes de ensueño, sendas super inclinadas, algunas con pedrolos, tramos de trialeras, sendas arriba, sendas abajo, y yo que se más...
Eso sí, de Palomeras y Molinos de Papel a Cuenca por donde siempre, por donde te sientes feliz de haberte conocido y mucho más si es la estación de otoño como fue el caso.
Fotografía en el puente de Cuenca como un señor y tramo de sendas tras Tiradores para terminar por la misma senda que comenzó la ruta.
UNA GRAN MAÑANA DE BICICLETA, SIN LUGAR A DUDAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario