Esta ruta, tal y como se presenta, se debería hacer con bicicleta eléctrica. A pesar de ello, cuidado que no todo el monte es orégano y deberemos echar mano de vez en cuando de la bicicleta para sortear tramos puntuales. Si no tienes mucha técnica, fuerza o batería, con que hagas cualquiera de las dos mitades de la ruta, yo creo que es suficiente.
Eso sí, como no tengas técnica ni fuerza, te verás abocado a pasear la bicicleta por unas sendas que no son muy de bicicleta y más aún en algunos tramos. En otros es especial, pero lo dicho, toda la ruta es una aventura poder hacerla y más en un tiempo respetable.
El tiempo invertido es el resultado de ir solo más el almuerzo de un blanco y negro (morcilla y salchicha) en el bar de la plaza. Pero en condiciones normales se le debería sumar de una hora en adelante. Además, no han habido percances tales como caídas, pinchazos o averías.
Recordar que en mi caso, la batería que es de 504 con casi 300 cargas y pérdida de vida útil, ya no rinde como en los inicios, pero lo suyo es llevar una batería de 700 o en su caso dos baterías como he podido hacer yo pues mi batería ha desfallecido con casi 2000 de desnivel, creo que serían unos 100 metros menos de desnivel real. El uso del motor lo he realizado sin escatimar demasiado pues las cuestas no permiten tonterías y se debe tirar de la ayuda en todos los tramos para subir y no poner pie en tierra.
En pasos complicados, al ir solo he optado por bajarme de la bicicleta para no caerme y arriesgarme a encontrarme algún susto.
De esta manera, tal y como he comentado, es una ruta casi formada por dos rutas, una primera durisima y espectacular con el GR 7 y la senda de Sacarás o el Cinto con vistas tremendas al castillo de Chiret y luego una senda de bajada técnica y complicada más otra que nos lleva al empalme de la Cortá, charla con dos excursionistas que saben disfrutar de la naturaleza y luego al pueblo.
El segundo tramo es sencillo, una carretera asfaltada espectacular que nos lleva al alto de la muela con unas rampas sobervias, luego el llaneo por la planicie y finalmente, embocar la senda de la Cortá que es un auténtico espectáculo para los sentidos.
Vistas alucinantes, cuestas increibles, bajadas alucinantes, pateos y yo que se que más.....
SIN LUGAR A DUDAS, UN GRAN DÍA DE BICICLETA.
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