En esta ocasión y gracias al usuario JasLucas, hemos podido hacer un
nuevo recorrido por Cieza y sus alrededores conociendo nuevos lugares y
sendas, que es de lo que se trata.
El inicio no es como nosotros acostumbramos, desde Cieza, lo haremos
desde Abarán pues la ruta promete muchas cosas y lo mejor es tener
tiempo, que el viaje es largo y no podemos desaprovechar la mañana.
Con eso, lo que tenemos nada más salir es un paseo por el pueblo en
forma de escalones cuesta abajo, quien no les tenga miedo que vaya por
ellos y el que no quiera, justo antes de comenzar tiene una calle a mano
derecha para evitarlos.
Tras ello, una larga rambla al cruzar el puente totalmente ciclable que
nos irá abriendo boca para ir tomando el pulso. Luego seguimos enlazando
caminos para tomar la otra clásica rambla de Benito que ahora trae
agua, pero salvo el inicio, el resto es totalmente ciclable.
Subidos a
su final, seguimos subiendo por carreterillas y pistas en dirección
Ricote.
Un pedacito de senda y más pista, que lo bueno está por llegar y así
será con las grandes sendas que nos esperan, la primera, la segunda que
es nueva para nosotros, la de Patruena que es bastante entretenida y un
tramo de rambla.
Tras la rambla, subida al inicio bastante empedrada y empinada y luego
unas cuantas zetas en muy buen estado y totalmente ciclables que
terminarán por exprimir nuestras fuerzas.
Una vez arriba disfrutamos de la senda que nos espera, bajo mi criterio
una de las mejores de la zona por su limpieza, tramos y paisajes en los
que disfrutaremos de las vistas mientras bajamos en suave pendiente
hasta el Aula de la Naturaleza.
Ahora un poco de pista y sendas técnicas y algo complicadas en dirección
embalse y final por el cauce del río Segura en dirección Abarán con
unos cuantos tramos entretenidos.
Terminaremos subiendo por carretera asfaltada para terminar una gran
mañana de bicicleta.
Llevar agua que la hicimos en pleno invierno y nos faltó, así es que
cuando llegue el calor no digo nada.
Eso si, este terreno para los que somos de la Mancha con nuestros fríos y
aires gélidos invernales, resulta espectacular para darnos pequeñas
treguas invernales a las inclemencias metereológicas, pues mientras
pedaleabamos sin aire ni frío, en Albacete la lluvia y los vientos fríos
hacían el día insoportable en lo que se refiere a pedalear.