Y poco a poco vas por aquí y por allá y va saliendo la ruta, pues con estas tardes de frío y escasas de luz solar no apetece rodar en la oscuridad. A buen ritmo con la TL se destapa como una rodadora insaciable, vamos, que vale para todo pues lo mismo subes a lo alto de un risco que te pones a pedalear moviendo desarrollo y haces más kilómetros que el fugitivo.
Con una buena media de casi 25 kilómetros por hora que es cuando el motor corta y con las piernas cansadas terminas al tiempo que lo hace el día y con unas cuantas fotografías se va la ruta y tras la ducha, a las obligaciones cotidianas.
Pues nada, una ruta de esas que a día de hoy se hace de uvas a peras y que no viene nada, nada mal.
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