Hoy ha sido una ruta con un destino claro, el río don Júan que luego cambia nombre y se llama la Lobera a su paso por el Trasvase Tajo Segura. Siempre me ha llamado la atención que un río pequeño o riachuelo, se encauce al cruzar el trasvase con una conducción aerea con la que consigue saltar y continuar su marcha.
Este río hace muchos años lo conocí seco, pero desde hace unos once años tiene costumbre de llenarse y mucho mas en estas épocas en las que gracias a la nieve y las lluvias baja repleto de agua para alegrar nuestro pedaleo.
En esta ocasión he llevado la gravel con la que se va más rápido pero numerosas paradas en el camino para disfrutar de las pequeñas cosas y las fotografías, han hecho que mi media sea de un globero que se lo ha pasado muy bien.
Además, el viento huracanado a la ida no ha dado lugar a que me sobreesforzase para dejarme rienda suelta a la vuelta moviendo desarrollo y volando con la precaución de no tomar piedras que pudiesen desllantar mi rueda trasera que por ciero, ya va camino de sus 6000 kilómetros en el año que cumplirá en mayo.
Mañana más y mejor.
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