Qué curiosos estos tiempos que corren en los que tenemos una bicicleta para cualquier necesidad o una necesidad para cualquier bicicleta.
Y es que la cosa consistía en pedalear con ritmo, con alegría, por caminos con poca pendiente y recorrer la Manchuela y almorzar, como no, almorzar en Jorquera un buen secreto con patatas y huevo.
Y todo se pudo hacer llegando al final e inicio que siempre terminamos donde comenzamos y volver a casa habiendo disfrutado otro día de la bicicleta y de nuestra tierra, sus caminos y sus sabores.
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