MI VIEJA TREK FUEL EX8
Vimos asomar el día desde el pincho de la Feria, como otras tantas veces en las que tras una noche de fiesta y con el resacón del buen garrafón, terminabamos nuestras correrías camino de la Plaza de Toros. En esta ocasión, estabamos frescos, demasiado frescos sin saber que prenda llevar, si larga o corta, si de verano, invierno o entretiempo.
Los ciclistas asomaban de todos los puntos cardinales, de un lado Eladio y el que suscribe mientras que de otro José Luis, Jesús, Valentín, a otro costado Pedro Lara con Jesús, luego un amigo de Eladio, otro amigo de otro, Juancar y finalmente, el organizador de tan gran evento, Paco Atienzar.
La salida en dirección a Motilleja como siempre, tranquila, con algún pinchazo que otro y llegada al almuerzo "con el monedero lleno" tras alguna criminal cuesta.
Bocadillos, bebidas y cafés variados a precio popular de derribo, tres euros y vuelta contra el viento y nada, sin problemas, que la Trek 8500 con un año y medio está como nueva, no tanto el que la monta que con cuatro decenas de años llenaba de sudor el "winestoper" mientras Albacete se hacía más grande y nos engullía con sus edificios para llegar sudorosos y victoriosos a nuestras casas donde bellas doncellas rodeadas de retoños con iguales apellidos que los nuestros nos masajean mientras preguntan detalles de tan gran día de bicicleta.
Os dejo una escena en la que bien se puede describir nuestro TRANQUILO regreso a Albacete. Por cierto, LA VIDA NOS SONRIE.