Si bien, estas tres acciones pudiesen realizarse con los ojos tapados (y el consiguiente peligro para nosotros y terceros), más importante que la acción es el contexto y por ello, la mente despejada, la ausencia de estrés, cansancio previo y problemas de calado, permiten poder hacer y además bien las cosas.
La mente o cabeza conocida por la generalidad no deja de funcionar ni tan siquiera durmiendo, pues la actividad cerebral tan solo cesa cuando se puede demostrar con los denominados encefalogramas. Recordar que según la Ley de Trasplantes de Órganos, realizar dos electroencefalogramas planos en un espacio de dos horas, da lugar a poder dictaminar la muerte y con ello, el inicio de las acciones encaminadas al trasplante entre otras cosas.
De todo lo expuesto y por consiguiente como diría con acento andaluz y pasado presidente del Gobierno español, debemos tener en cuenta que nuestro ánimo y reflejos en la bicicleta deben adaptarse a la ruta y en caso de advertir dicha situación a medida que esta se realiza, adaptarnos y adaptar la ruta a nuestras circunstancias.
Ahhhh, y respecto a la ruta con el amigo Fran, decir que han sido unos muy llevaderos 90 kilómetros con esas buenas sendas del río Júcar, un buen chocolate con churros antes de salir, esas jarras heladas de cerveza con limón y sus tajadas de bacalaó en los Murcias y la vía verde jalonada y plagada de personas que, como nosotros querían disfrutar de la bicicleta y de la mañana.
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