En primer lugar, llevar una cámara o si la ruta se preveé bastante complicada, es decir, con pinchos o posibles llantazos, un par de cámaras. Al menos, que una de ellas sea nueva, es decir, por estrenar. De este modo, tendrémos la posibilidad de cambiar dos veces las ruedas pinchadas y a última hora, arreglar el pinchazo en cuestión.
Si no quieres arreglar pinchazos, pásate a a tubular con "moco" y que esos pequeños pinchazos sean taponados por el líquido a medida que se van produciendo. Este sistema requiere dar algo más de presión semanalmente y gastarte una media de 35 euros por cubierta de media, siendo en el caso de la cámara normal 15 euros. No es apto para pinchazos de considerable tamaño, caso en el que deberemos colocar una cámara con la que el tubular terminará sus días en nuestra bicicleta. Dicen que el tubular agarra más que la cámara normal.
Otros optan por llevar cubierta normal con cámara antipinchazos (con moco), mucho más pesada que la normal y a una media de 10 euros por cámara. No suele resistir correctamente inflados con mucha presión.
También tenemos a los que recurren a las bandas antipinchazos colocadas entre la cámara y la cubierta. Algo engorrosas de colocar en ocasiones, dejando los flancos al descubierto.
Por último, se puede llevar una cubierta normal sin cámara y con "moco", cosa que he visto en un par de compañeros de ruta y no parece ir nada mal.
Yo me quedo con el sistema tradicional y una vez que junto tres cámaras pinchadas, las reparo en media hora y, a funcionar. Eso sí, da cierto reparo ver una cámara con seis o siete pinchazos reparados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario