En esta ocasión y con más tranquilidad que nunca, con el teléfono móvil y exprimiendo sus escasas posibilidades, me dediqué a buscar buenos rincones de tan emblemático lugar mientras mis niños tiraban piedras al foso y corrían como locos junto a la muralla. En ocasiones es más tranquilo bajar sendas pedregosas y con rocas afiladas... Todo es relativo.
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