No está a mitad de camino, ni mucho menos, pero de vez en cuando es mejor dejar las prisas a un lado y conducir con tranquilidad por carreteras en las que cuando adelantas miras los que te vienen delante, y no los que te vienen detrás como en las autovías. Carreteras con pueblos, con la naturaleza pegada a las puertas del coche y con la posibilidad de parar donde te apetezca.
Puedes echar un vistazo a las montañas, al paisaje y a las torres de Madrid a lo lejos cuando en días como hoy, todo está limpio.
Un café, un menú de puchero o comida como los señores..., como pude escuchar a una pareja que el otro día paso al restaurante y ella, con palabras cargadas de insulto le decía a él, "Estos son de menú, nosotros vamos a comer...". Parece mentira pero hay cosas que siguen sin cambiar, pero bueno, mientras sean excepciones no pasa nada.
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