Como quiera que llueve poco y no se el motivo, miles de gorrinos salvajes, ciervos y corzos inundan campos y las carreteras son parte de su ecosistema. Como algunos no han ido a Educación Vial esperan a que venga un artilugio mecánico con luz artificial. Sabedores de esta posibilidad pasada Casas de Juan Gil estuvimos alerta y obtuvimos la recompensa pudiendo adelantarnos al cruce de una familia de ciervos que con tranquilidad nos observaban desde el campo oscuro.
Llegados a Jalance en el bar de costumbre y posiblemente con los clientes de costumbre nos servían buen café con leche y magdalena o madalena que también vale casera, con su servilleta de cuenco... y que buena la magdalena que con mayúsculas se llamaba la vecina de mis padres que en paz descanse.
Y yo con la batería al 100 % y Fran con las piernas a tope fuimos a un recorrido ofrecido a PedroOzone y degustado por el que suscribe y su compañero de fatigas, alegrías, penas y desastres.
Del inicio a los 25 kilómetros subiremos sin tregua, caminos, sendas en diversos estados de conservación, eso sí, entretenido.
Del 25 al 40 puro espectáculo pues son sendas de bajada y rápidas, que parecía que la Benemérita nos pisaba los talones, algo único, es pec ta cu lar.
Y del 40 al 55 con tranquilidad de visita a Cofrentes y vuelta a Jalance como señores que es lo que somos y parecemos aunque por la pinta y guisa no lo aparentemos, pues amigos míos, más vale aparentar que ser.
Agua en Cofrentes y ahora cuando mejor pues la cosa está fresca y el sudor se debe al esfuerzo, que no al calor del sol.
Lo dicho, si quieres disfrutar haces esta ruta que es debida al esfuerzo, la constancia, la experiencia y el trabajo y aportaciones de los Rustibike a los que envío un abrazo y también a mis padres a los que debo lo que soy y la ilusión que tengo por salir al campo y disfrutar, a mi mujer que tanto quiero, a mis hijos que son mi vida, a mis suegros por la hija que tienen, a mis hermanos con los que tan buenos ratos hemos pasado y pasamos, a mis cuñadas y cuñados, a mis primos y primas, a mis tios y tías, en especial a los que faltan, el Cache y la Chacha que tan buenos fueron, a los abuelos y toda esa gente que hace que la vida sea tan maravillosa. Un recuerdo especial al hijo de Cabezuelo al que dedico esta ruta.
Hoy ha sido un gran día de bicicleta, vaya que sí.
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