No es alto ni corpulento, de estatura media y con su incombustible bigote, lleva las gafas de sol colgando del bolsillo si no las tiene puestas. De vez en cuando se fuma su eterno cigarro, ese que nunca termina y no sabes en que puede estar pensando. Ahí lo tienes para preguntarle lo que quieras que amablemente te contestará; te dirá que le gusta la buena música de Andy Willians, dar una vuelta por el campo y encontrar algún fósil, jugar una partida al pocker o pasar un buen rato tomando una copa.
Mariano se despidió de todos en su pueblo, en una iglesia donde faltaba sitio y gente, pues si todos lo hubiesen sabido y acudido, no una sino cien iglesias hubiesen sido necesarias. Familia, amigos y compañeros de trabajo allí estuvimos. Aquellos que patrullaban con el y años llevan jubilados, los que acaban de jubilarse y los que en su tierno inicio lo tuvieron como maestro, porque Mariano, además de un policía ejemplar, fue maestro de policías.
Con Mariano pasa una época, una policía, una manera de trabajar, un ejemplo a seguir, y todos los que presumimos de haberle conocido y haber trabajado con él, intentamos parecernos a Mariano siempre que nos viene a la memoria, porque Mariano queda en nuestro recuerdo.
Y si además de estar con la familia, los compañeros y los amigos, el sacerdote se llama Pedro Ignacio y es hijo de otro gran policía, pues dime tú esa despedida si algo le puede faltar....
Mariano se ha marchado pero se ha llevado un poco de cada uno de nosotros.
Hasta luego Mariano.
2 comentarios:
Este agradecimiento, a Mariano, merecido por cómo la mención del párroco persona,tremendamente honrada y respetuosa. Conocerte ser tú compañero ha sido, un honor y compartir momentos tan buenos que si nos sucedía algo malo pronto lo olvidamos. Tú amigo Juanillo para siempre
Estamos acostumbrados a decir que bueno era aquel que se nos acaba de ir. Yo se lo decía a Mariano cada vez que lo veia, y en noviembre tuve la oportunidad de decírselo por última vez. Todas las cualidades reunidas en una sola persona, leal, amable y educado, culto y llano, bondadoso y buen amigo. Ese era Mariano. Siempre en mi cabeza y corazón. No digo un hasta luego, sino hasta que nos volvamos a encontrar. DEP
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