Tras casi dos años, es decir, despues de veintitres meses, mi Turbo Levo y yo hemos conseguido llegar a los quince mil kilometros.
No soy viejo pero tampoco joven, no soy enfermo pero tampoco tengo la salud de los veinte años, tampoco tengo todo el tiempo, pero sigo teniendo algo que nunca he perdido y desde hace casi dos años, ha aumentado y es mi ILUSIÓN.
La Turbo Levo ocupa parte de mi tiempo libre y se lo disputa a una Cannondale rígida, la cual destino a rutas de caminos, pistas y carreterillas. Para rutas con sendas, trialeras y locuras varias tengo la Turbo Levo.
Si vamos tres años atrás, puedo comentar que pedaleaba con una Giant Trance LTD y era feliz, pero veía que algunas sendas y tramos, resultaban imposible de subir o incluso bajar, que era mucho el tiempo que necesitaba para hacer la ruta y pocos los kilómetros. Las rutas tenían cada vez más desnivel y menos distancia, eran más duras y difíciles y tenía el handicap del tiempo y los tramos que tenía que patear.
Un buen amigo que encontré en el camino, PedroOzone, me hizo el gran favor de compartir un par de rutas y dejarme la bicicleta eléctrica de un compañero suyo con la que finalmente quedaría enganchado a buscar y comprar una bicicleta eléctric.
Puede ver varios modelos pero sería Emilio de Cicloaventura en Albacete el que me dejaría una Turbo Levo de prueba para hacer una ruta por Moixent. Al tiempo de su devolución haríamos el encargo de la bicicleta que hasta el día de hoy me acompaña en gran parte de mis rutas.
Han sido quince mil kilómetros en su gran mayoría de rutas en las que llevar una bicicleta rígida o doble sin motor hubiera sido imposible o hubieran necesitado mucho más tiempo o incluso muchos pateos que hubiesen deslucido el recorrido. Ahora el reto es subir esa senda que nunca pude, esa trialera, bajar tramos antes imposibles y hacerlo siempre con la seguridad y el aplomo que me presta esta bicicleta.
No nos vamos a engañar y en algunas ocasiones por estar muy cansado o encadenar varias salidas seguidas, he recurrido a la eléctrica para poder salir sin problemas y tenminar la ruta con tranquilidad.
En estos dos años de bicicleta eléctrica no he engordado, casi todo lo contrario pues os puedo asegurar que eso de no dejar de pedalear para que asista el motor, en ocasiones es "terrible", llegando mis pulsaciones más lejos de lo que lo hacían con la atmosférica.
Claro que la eléctrica necesita más mantenimiento pues tiene dos piezas más que son el motor y la batería. Siempre he pasado sus revisiones, nunca lo he trucado pues la esencia de esta bicicleta no son las altas velocidades aunque a pleno pulmón os puedo contar y os he contado muchas experiencias. Las pastillas de freno se desgastan antes porque los utilizo más, algunos radios caen en combate y la transmisión siempre tiene que estar a punto. Tanto suspensiones como telescópica funcionan como el primer día con un comportamiento inmejorable. Cubiertas las he gastado, otras se han rajado pero nunca me han dejado tirado.
Siempre asimilo mi Turbo Levo a un buen coche con pocos años y muchos kilómetros que ha llevado un mantenimiento excelente. Solo el que sabe y quiere salir en cada ruta y terminarla sin problemas, sabe lo que digo, la bicicleta siempre tiene que estar a punto.
Con esta bicicleta disfrutas casi más subiendo que bajando, tienes más seguridad, sabes que nunca vas a desfallecer y aunque en alguna ocasión me he quedado sin batería, no ha sido un problema insalvable pues tengo experiencia en pedalear con bicicletas pesadas.
Dos años de electrica y muchas cosas que me han dicho amigos, compañeros y desconocidos, casi siempre sin preguntarles y sin pedirles consejo alguno. Que si es cosa de personas mayores, que si son para enfermos, que si gandules o vete tu a saber pues a palabras necias.... lo bueno es que alguna de estas personas ha terminado con otra bicicleta eléctrica y me ha hecho mucha gracia pero como dice el dicho, "como no soy agua de río, me vuelvo cuando quiero".
Ahora, lo que en su momento fuese una novedad, es una bicicleta con experiencia, con sus ruidillos y crujidos por aquí y por allá que como si con una pastilla fuese, se le van quitando pues ya se sabe cuales son sus males y dolencias. Ahora han aparecido dos o incluso tres modelos nuevos, otras marcas han sacado al mercado sus bicicletas e incluso alguna ha intentado copiar el diseño de mi Turbo Levo.
Ahora que los caminos se llenan de bicicletas más nuevas y caras que la mía, ahora que todos presumen de su nueva bicicleta eléctrica, yo continúo con mi Turbo Levo del 2017, haciendo y disfrutando de lo que más me gusta, la naturaleza, los senderos y los paisajes y los buenos momentos en los que poner a prueba mis fuerzas, mi técnica y mi bicicleta.
Cuidado que con esta bicicleta casi todas las caidas las llevo en subida pues esa ilusión de pensar que casi todo se puede subir no concuerda con la realidad y en más de una ocasión he terminado con la bicicleta encima o cada uno por un lado, que los veinticinco kilos se notan. De golpes tambien voy servido pues los primeros que me llevaba eran de los pedales en las espinillas más algún otro cuando tengo que hacer algún pateo.
En fin, podría contar muchas cosas pero sirvan estas palabras para celebrar los quince mil kilómetros de mi Turbo Levo.
Ahora, a por los treinta mil.